Por Sebastián Ramírez
El partido de Liga de Campeones jugado esta semana entre Paris Saint-Germain Football Club y Real Madrid Club de Fútbol, generaba gran expectativa. Las nóminas de ambos equipos hacían pensar que se iba a ver un partidazo. Donnarumma, Mbappé, Messi, Verratti, Paredes, Di María de un lado, Courtois, Alaba, Modric, Casemiro, Kroos, Benzema, Vinicius del otro.
Fue sorpresivo ver al equipo español, lleno de jugadores con predisposición ofensiva, salir a esperar la propuesta del PSG. Como sucedió en el último partido en que Colombia visitó a Argentina por eliminatorias, se esperaba que después de unos minutos de contener la arremetida local, el visitante se arriesgaría a proponer también, así fuera al contragolpe, pero esto nunca sucedió, el partido fue un monólogo ofensivo del local.
A diferencia del juego de eliminatorias, el de Liga de Campeones iba empatado a cero muy cerca del final. Resultado injusto, si es que se puede hablar de justicia en el mundo del fútbol. El gol de Mbappé en los últimos minutos del partido fue una reivindicación del futbol propositivo.
Las propuestas reactivas y defensivas en fútbol son, no solo válidas, sino en muchos casos efectivas. Para el espectador en general puede llegar a ser más agradable el juego de los equipos que salen buscando ganar y, cuando lo logran, triunfa el fútbol en general pues los ganadores son a la vez creadores de tendencias.
Esperemos ver en los torneos que generan expectativa este año: Liga de Campeones, Copa Libertadores, Liga Colombiana, mundial y demás, que la tendencia sea jugar ese fútbol en el que los equipos salen a la cancha a buscar la victoria.
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