RESTAURACIÓN ECOLÓGICA

22 diciembre 2020 11:45 pm

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Por Fabio Olmedo Palacio

Colombia era un país cubierto casi por completo de selvas, con algunas sabanas, humedales y páramos y uno que otro desierto. Ese ecosistema original, se reemplazó por potreros, cultivos de asentamiento humano, ganadería, pastoreo y obras de infraestructura que representan progreso y mejoran la calidad de vida de los habitantes de la región, como es el caso de dos obras emblemáticas para el país, la doble calzada, Calarcá – Ibagué y su paso por el Alto de la Línea, o la vía a los Llanos Orientales, Bogotá- Villavicencio.

La degradación de muchos de estos ecosistemas, por donde pasan estas grandes obras o acogen asentamientos humanos, para la explotación del suelo, con prácticas que no son sostenibles, han traído consecuencias muy graves en la producción del agua, productividad del suelo, bioseguridad y cobertura del suelo que previene la erosión. Esto se ha venido presentado por múltiples factores, especialmente por las actividades agrícolas, ganaderas y de pastoreo, explotaciones no sostenibles, deforestación indiscriminada, cultivos ilícitos y de minería, especies invasoras, potrerización de los suelos , además del cambio climático que ha traído variaciones en los diferentes pisos térmicos y que han obligado a los distintos grupos que explotan el suelo y el subsuelo, a desplazarse constantemente, dejando a su paso terrenos muy inestables y propicios para tragedias que constantemente registramos en el territorio nacional.

La única solución es la Restauración Ecológica, para revertir los procesos de degradación de los suelos y la pérdida de la biodiversidad. Esta Restauración Ecológica “consiste en reducir, mitigar, e incluso, revertir en algunos casos los daños producidos en el medio ambiente, para devolver en la medida de lo posible, a la estructura, funciones, diversidad y dinámica del ecosistema original”. La Sociedad Internacional para la Restauración Ecológica, lo define muy claramente: “consiste en asistir, a la recuperación de ecosistemas que han sido degradados, dañados o destruidos”, esto se logra con la reforestación, corredores biológicos, prohibición de prácticas agrícolas y agroindustriales que atenten contra el ecosistema, procesos de capacitación y concientización a los distintos núcleos poblacionales y persecución a las prácticas ilícitas. Para que esto sea considerado una Recuperación Ecológica, debe incluir especies propias del ecosistema que se interviene. Debemos trabajar con las entidades públicas, empresarios y comunidades, para garantizar que los ecosistemas no compitan con éstos. Las Corporaciones Regionales y demás entidades de control del medio ambiente, no solo deben concentrarse en la parte punitiva por las violaciones que se pudieran cometer, si no también, deben capacitar e invertir parte de sus recursos en la compra de tierras para producir esa Restauración Ecológica, estas entidades tienen el personal y los recursos técnicos para que esa reconversión se realice reforestando con especies nativas y permitiendo que los corredores biológicos retomen su antiguo habitad. Los empresarios, deben entender que aunque las obras son importantes para el desarrollo de un país, el ser responsables con el medio ambiente es también una obligación de ellos para evitar, prevenir, compensar y mitigar cualquier impacto negativo que el desarrollo de esas obras pueda traer consigo. Las comunidades, deben convertirse en las veedoras de ese balance que se debe tener entre el desarrollo y el medio ambiente, pero en igual forma deben considerar claramente cuáles son las tareas agrícolas que deben ir en su entorno. Restauración, proviene del vocablo latino que se utiliza para denominar la acción y efecto de restaurar (reparar, recuperar, recobrar, volver a poner algo en el estado primitivo).

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