Por Fabio Olmedo Palacio
En junio de 1796, se publicó en Inglaterra una obra del cirujano Edward Jenner, que revolucionó la lucha contra la viruela. Luego Louis Pasteur, introdujo el término de vacuna y vacunación, que proviene del vocablo latino Vacca, rindiendo homenaje a Edward pionero de la práctica, al inocular el virus de la viruela a la vaca, lo que lo llevó a través de la historia a ser llamado el padre de la vacunación. En el siglo XIX, se introdujeron varios decretos y leyes implementando la vacunación contra la viruela en España, pero solo hasta 1954, se declara obligatoria la vacunación contra la Viruela y la Difteria, consiguiéndose que la organización Mundial de la salud (OMS) declarara la Viruela erradicada del mundo.
Durante los últimos 200 años, desde el descubrimiento de la vacuna contra la viruela, la vacunación ha controlado enfermedades que causaban alta morbilidad. Se estima que la implementación de este método ha evitado anualmente 5 millones de muertes por esta enfermedad y adicionalmente 2.7 millones por Sarampión, 2 millones por Tétano, 1 millón por Tos ferina, 600 mil por Poliomielitis y 300 mil por Difteria entre otros.
La información oficial reporta que en el país por efectos de la pandemia, existen 1.910.000 contagiados, 1.760.000 recuperados y 48.631 muertes. La pregunta que nos debemos hacer es, si estos 48 mil compatriotas hubiesen tenido la oportunidad de vacunarse, cuántos padres, madres, hermanos, hijos, tíos, sobrinos, amigos o personas del cuerpo de salud estuvieran hoy vivos y con nosotros, cuántas penas, tristezas, llantos y vacíos nos hubiéramos ahorrado, cuántos sueños frustrados y miles de emprendimientos se perdieron por las medidas del confinamiento, cuántos millones de empleos inexistentes, porque las medidas obligaron a muchos de los generadores de oportunidades a cerrar sus empresas o recortar el personal que laboraba para éllos. La economía colombiana antes de la pandemia, era una de las de mayor crecimiento en América Latina y lo que nuestro país había ganado en la lucha contra la pobreza y desarrollo sostenible era muy importante.
En contra de la vacunación, para eliminar el Covid-19, se han esbozado muchas teorías que buscan en algunos casos persuadir a otros para que no lo hagan o, en otros, para tener reconocimiento en las redes sociales o simplemente oportunistas que consiguen incautos en estos medios masivos de comunicación, con teorías como por ejemplo: que el virus lo trajeron los extraterrestres, que en la vacuna va un micro chip para manipular la raza humana, que Bill Gates es uno de los precursores del virus en un laboratorio para luego buscar fines económicos en la producción de la vacuna, que ésta es para el exterminio de la raza humana, en fin, las tesis son muchas y se aprovechan de que el ser humano quiere indagar, preguntar, le intriga el misterio y por esta razón quiere respuestas, que las hay muy serias desde el punto de vista científico , como también las de inescrupulosos, payasos y politiqueros, que utilizan esta falta de respuestas para sus fines particulares. Por todas estas razones, debo insistir que el proceso de vacunación sea transparente y de cara al país, que el gobierno actúe sin pausa pero sin prisa y de forma expedita. La promesa es que en el mes de Febrero comienza la vacunación, este proceso debe unir al país, porque el enemigo es el virus y él, no respeta estrato social, credo u orientación política.
Tenemos un reto enorme por delante, ni el terremoto de Popayán, ni la tragedia de Armero, ni el terremoto del Eje Cafetero o el enfrentamiento armado por más de 50 años con la narco guerrilla colombiana, nos van a demandar tanto esfuerzo para que salgamos adelante, pero conociendo de qué está hecha nuestra gente, tengo la absoluta seguridad de que este desafío, nos sacará más fuertes que nunca. YO ME VACUNO¡¡¡.