Sobre el poder económico

17 febrero 2024 3:29 am

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Émerson Castaño

Noam Chomsky interpreta de esta manera a Adam Smith: “…el estrecho amigo de David Hume, escribió sobre las consecuencias de la revolución más o menos por la misma época. En su famoso libro La riqueza de las Naciones, señaló que los “mercaderes y fabricantes” de Inglaterra, que ahora tenían la soberanía, son, en realidad, en palabras de Smith, <<los dueños de la humanidad>>. Utilizaban su poder para controlar el gobierno y asegurarse de que se tenían bien en cuenta sus intereses, por muy <<dolorosos>> que fueran los efectos en el pueblo de Inglaterra, y lo que es aún peor, en aquellos que están sometidos a <<la salvaje injusticia de los europeos<<, refiriéndose sobre todo al gobierno británico en la India…”

Y si los intereses de los grandes “mercaderes y fabricantes” consistía en subir los precios de las mercancías, el gobierno no tenía el derecho de interferir en ello. Los “mercaderes y fabricantes” no se trata de unos “pintados en la pared”, son poderosos bloques de poder. Es un tipo de poder diferente al político. Y casi siempre los políticos se tienen que someter al poder económico.  En nuestra época, aludido vinculo es más fuerte. Las poderosas corporaciones se arman en bloque para actuar al interior del gobierno: “estamos ante una crisis” / “no sabemos qué tipo crisis existe, pero es una crisis” / “creemos que los efectos del cambio climático empeoraran las cosas” / “envíen comunicados a los medios de comunicación advirtiendo que los productos pueden escasear”, según la propaganda de los bloques económicos.

En un interesante libro titulado “El poder”, Bertrand Russell también aborda la necesidad que tiene el poder económico de tener sus tentáculos en el gobierno: “…el poder económico dentro del Estado, aunque derivado en último termino de la ley de la opinión pública, adquiere fácilmente cierta independencia. Puede influir en la ley mediante la corrupción y en la opinión pública mediante la propaganda. Puede colocar a los políticos bajo obligaciones que embaraza su libertad. Puede amenazar con provocar una crisis financiera…”. El filósofo Russell no define con precisión qué es el poder económico, pero sí nos dice para qué sirve.

El poder económico está en función de sí mismo. Necesita aliarse con el poder político con el claro fin de que las leyes se expidan a favor de ellos. Y es imperante que los medios de comunicación estén al servicio de los bloques económicos para llegar al resto de la población con propaganda de miedo. ¡Compre, que viene la crisis! Y lo primero que hacen las personas es comprar papel higiénico.

Los gigantes económicos, sin duda alguna, fácilmente son aceptados (con alfombra roja) al interior de la clase política. Pasan entonces de tener poder en la producción de bienes y servicios, a obtener más control en la población cuando establecen alianzas con el sector político. Un poderoso economista y filósofo, Friedrich A. Hayek, consideró que tal alianza se puede convertir en algo peligroso para la democracia. Si bien es favorable para la empresa ejercer dominio sobre lo que produce, es inaceptable que ejerza poder sobre las personas que adquiere ese producto. En otras palabras, para Hayek, una cosa es la libertad de empresa y otra es la libertad de las personas.

Precisamente entonces Hayek hace claridad cuando una gigante empresa es exitosa en cuanto a su producción e ingresos: “ahora bien, aunque esa incrementada dimensión asegure una más eficaz utilización de los recursos, no tiene por qué representar siempre un aumento de poder del hombre sobre la conducta de sus semejantes” (en Derecho, Legislación y Libertad. Volumen 3). En el mundo real, los que controlan al gobierno es el poder empresarial.

Vamos a mirar en una próxima oportunidad “El imperio del Arroz”.

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