La creación del departamento del Quindío fue una gesta, que se le debe atribuir a toda una generación. Un puñado de hombres y mujeres rebeldes no aceptaron continuar bajo la égida del departamento de Caldas ni de su engreída clase dirigente.
Ellos, nuestros antepasados, se cansaron de que los recursos se quedaran en ese departamento. Al Quindío solo le tocaba el ripio y el desdén de los manizaleños. Por eso digo en el bambuco de mi autoría: Soy del Quindío, yo soy quindiano, /tengo en alma raza Quimbaya, /no me doblego ante los tiranos /ni me someto a tierras extrañas.
En adelante, los intentos de integración con ese departamento han sido infructuosos. Hace unos años, en calidad de diputado, hice un debate sobre la forma como un gerente de TELECAFÉ había convertido esa empresa en un fortín caldense en detrimento de los intereses del Quindío. Y esa ha sido la constante en los proyectos de integración regional, basta citar el reciente incidente, que terminó con la renuncia del gerente de la Región Administrativa de Planificación (RAP), el quindiano Uriel Orjuela Ospina, ante la mirada complaciente del actual gobernador.
La Asamblea del Quindío acaba de elegir Contralor del departamento a un caldense con el voto de ocho diputados. Los otros dos candidatos quindianos, Ángela María Cifuentes, apenas obtuvo dos votos, y Hernán Hoyos Walteros, ninguno.
Las universidades del departamento han realizado un gran esfuerzo por formar profesionales idóneos con miras a que puedan realizar una excelente labor en el sector público y privado. Muchos de ellos han sido mis alumnos de contratación estatal.
No acepto que el Gobernador haya nombrado Secretarios de Despacho a tres ciudadanos caldenses, y a uno más como su principal asesor.
Para nadie es un secreto que el Quindío lidera los índices de desempleo del país, por lo que resulta una afrenta para nuestros profesionales, que las plazas gubernamentales las ocupen personas de otra tierra. Eso sin mencionar el gran número de profesionales y no titulados foráneos que están siendo nombrados y contratados en el ente gubernamental.
Los diputados que votaron por el candidato advenedizo se hincaron ante los cantos de sirena. Los que crearon este departamento, separándolo de Caldas, deben estar revolcándose en sus tumbas al ver a una dirigencia pusilánime y desprovista de grandeza.
¿Ustedes recuerdan, queridos lectores, cuando una exgobernadora puso a votar a los quindianos por un candidato al Senado, Germán Varón Cotrino, ficha de Vargas Lleras? Pues bien, me temo que la historia se repetirá con cierto Senador que se pavonea por el edificio de la gobernación, como si fuera el nuevo agregado de esta heredad.