Ministro en el aire

14 abril 2023 10:06 pm

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Jhon Faber Quintero Olaya

La idoneidad del ministro de Transporte Guillermo Reyes fue duramente cuestionada incluso en forma previa a su posesión. Los escándalos alrededor de su presunto plagio en uno de sus libros opacaban la designación, aunque este aspecto no me parece determinante para demeritar la carrera política del funcionario. Sin embargo, sus sistemáticos desaciertos en el ejercicio del cargo si deben generar reflexión colectiva por la importancia de la cartera que preside.

Las declaraciones, del también profesor universitario, alrededor del metro de Bogotá condicionando la inversión del gobierno nacional en otros proyectos a la receptividad del tramo subterráneo generaron amplia polémica. Las imprudentes palabras se solucionaron con una reunión entre el Presidente y la Alcaldesa, pero quedaron en la perspectiva pública como un atentado a la descentralización territorial. El proyecto de la capital avanza, con algunos tropiezos, pero no se ha establecido si resulta legal o no las modificaciones contractuales con tono de imposición ministerial.

Las relaciones con los taxistas y trabajadores de las plataformas digitales han sido un caos. Las protestas de los conductores de Uber y demás por cuenta de un proyecto de Ley que pretendía regular el servicio se vio transitoriamente solucionada por el retiro de la iniciativa. Los taxistas, entre tanto, inconformes organizaron sus propias manifestaciones y, finalmente, corrieron el balón a cancha de Alcaldes y Gobernadores. El Ministro, nuevamente, no brindó ninguna solución a los ciudadanos dedicados a este importante sector.

Dos aerolíneas, de bajo costo, cerraron operaciones con previa venta de miles de tiquetes a usuarios y caos en esta industria. Viva air alega que desde hace tiempo venía tramitando una fusión con Avianca, cuyo trámite fue negligente por la autoridad competente y concluyó con una incapacidad de operación dejando a múltiples pasajeros en aeropuertos como hoteles. La Procuraduría, incluso, que se aplicaron normas erróneas en el procedimiento administrativo.

Al Ministro Reyes se le vio en el Dorado ayudando a repartir café mientras que las medidas ante este grave hecho pasaban por otras empresas y el avión presidencial. La polémica alrededor de la inspección, vigilancia y control de la industria aérea sigue y el miedo económico por quedar vestido y alborotado en un aeropuerto ahora es equivalente al que se siente cuando se transita por un puente. El liderazgo ministerial para generar tranquilidad no ha sido suficiente y ni siquiera se sabe el plan a seguir para la devolución de saldos de los tiquetes comprados y no utilizados.

Los efectos de este caos alrededor del turismo no se hicieron esperar. San Andrés tuvo en Semana Santa una de sus peores épocas por la ausencia de visitantes, lo cual se hizo extensivo a los demás lugares concurridos en estas épocas por propios y visitantes. Cartagena y el Eje Cafetero reportaron disminución en la ocupación hotelera y una de sus fuentes preponderantes fue lo sucedido con la quiebra de estas dos aerolíneas.

El Quindío desde el año pasado se ha visto afectado por inesperados fenómenos naturales que han evidenciado la falta de mantenimiento y administración de las vías nacionales por cuenta de los responsables. En Barragán, hace ya meses, se mantiene cerrada la comunicación directa con los municipios de Caicedonia y Sevilla por un arreglo vial que se prometió se realizaría prontamente y nada que entra a funcionar. Esta semana una nueva infraestructura que comunica a este Departamento con el Valle del Cauca colapso, con lamentables fallecimientos, y nuevamente el caos y la preocupación se apoderan de los conductores porque ya no existe confianza ni en la infraestructura vial.

El Ministro, entre tanto, hace visitas y promesas, pero las acciones y los planes se encuentran en el aire como el titular de la cartera. El funcionario puede ser un gran profesional del derecho, pero sin duda está ubicado en un sector que no es de su especialidad y la ciudadanía no puede seguir pagando los costos de esta ausencia de formación y experiencia en el sector.           

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