Jhon Faber Quintero Olaya
Los motivos del Gobierno Nacional para impulsar un día cívico son loables, pero como siempre se exige de una autoridad la comunicación es tan relevante como la planeación. El Decreto de un día para otro de una fecha conmemorativa no pareciera ser un instrumento adecuado para el fin perseguido y menos cuando su anuncio se hace súbitamente. La polarización y la distancia institucional se hizo evidente una vez más.
Los riesgos de racionamiento de energía y el cuidado del agua por cuenta del fenómeno del niño han generado todo tipo de reacciones a nivel nacional. Una primera manifestación, muy colombiano, fue la de buscar culpables por la situación. Los críticos del presidente Petro indicaron que la actual situación se pudo evitar, pero que el Ejecutivo no escuchó y, por tanto, no nos preparamos lo suficiente para vivir los rigores del cambio climático. Las opiniones tienen algo de veracidad, pero también de oportunismo porque la prolongación de la fuerte temporada de sol no pareciera imputable a la política pública.
En lo que si aciertan los opositores del equipo del cambio es en que una situación como estas requería de una articulación de los ministerios con las empresas prestadoras de servicios públicos y los mandatarios locales. Los entes regulatorios de los servicios públicos de acueducto y alcantarillado no han tenido la fortaleza para liderar y generar convergencia, al tiempo que algunos órganos rectores como la CREG han estado incompletos por meses. La distancia entre uno y otros se hizo más incuestionable en la reunión del Caribe a la que finalmente no asistió el doctor Petro Urrego por no tener a todos los Alcaldes y Gobernadores.
Las campañas sobre ahorro del agua son positivas y Bogotá viene dando ejemplo sobre planificación, adopción de medidas y seguimiento. No es fácil ordenar a la capital por su extensión y cantidad de habitantes, pero su Burgomaestre no sólo ha actuado oportunamente al racionamiento, sino con determinaciones que, aunque duras, sirven para la protección de los recursos naturales. Las consecuencias y prevenciones de largo plazo serán parte de la lección, pero el laboratorio del Alcalde Galán hasta ahora ha sido exitoso.
El día cívico, sin embargo, fue rechazado por los funcionarios distritales. Otros Departamentos, incluyendo al Quindío, también se apartaron de la directriz nacional. La Rama Judicial, Registraduría Nacional del Estado Civil y mayoritariamente los entes públicos el 19 de abril van a asistir a sus jornadas laborales como es habitual. Por ende, solo las dependencias del orden nacional acogerán este improvisado puente con otras pequeñas excepciones.
No se trata de clasificar como enemigos del medio ambiente a los que no están de acuerdo con anuncios repentinos y pintorescos, sino de la generación de consensos entre la ciudadanía y sus representantes para la superación de una verdadera situación apocalíptica. Los rigores del frío y el calor son una realidad y el desabastecimiento de fuentes hídricas, crisis del agua y ahora de la energía ya no son películas de ciencia ficción, sino cuestiones que tocan nuestras puertas y que para las generaciones venideras serán peores.
Por ello la propuesta de energías limpias, de transformación de los combustibles fósiles y de desarrollo sostenible no son ya una opción, sino una medida de supervivencia. Los avances en esta materia requieren, nuevamente, de planeación y consensos a través de programas de mediano y largo plazo. Los días cívicos, en esa medida, pueden generar interesantes pausas, pero no la mutación de hábitos que llevan siglos en el actuar colectivo.