Gilberto Zaraza Arcila
La democracia es una forma de organización social. Es el gobierno del pueblo y para el pueblo, donde el poder soberano está representado en el constituyente primario. Es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones se establecen conforme a mecanismos contractuales. Existen tres clases: Democracia indirecta o representativa como la nuestra, donde elegimos a nuestros representantes y gobernantes, para que estos deliberen y tomen decisiones. Democracia semidirecta o participativa donde el pueblo se expresa directamente en circunstancias particulares a través de referéndum, plebiscitos, iniciativa popular, revocatoria del mandato y consulta popular. Y democracia directa donde las decisiones son tomadas por el pueblo soberano en asamblea. No existen representantes del pueblo, sino delegados, son portavoces que simplemente emiten el mandato asambleario.
La clase dirigente del país se ufana en repetir que hay que defender la democracia, el Estado social de derecho y la soberanía. Como lo establece la constitución nacional en sus artículos 1. Colombia es un estado social de derecho, organizado en forma de república unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general, y 3. La soberanía reside exclusivamente en el pueblo, del cual emana el poder público. El pueblo la ejerce de manera directa o por medio de sus representantes, en los términos que la constitución establece.
en Colombia no hay democracia. No deciden las mayorías libremente, sino una pequeña minoría constreñida. Gobernantes, congresistas y jueces han convertido la constitución en simple letra muerta porque no la cumplen, ni la respetan. Gobiernan y legislan en contra del interés general y a favor del interés particular. Administran justicia a favor de los victimarios y en contra de las víctimas. Nos cambiaron la democracia por un salpicón conformado por la Plutocracia, la Cleptocracia y la Kakistocracia. Pasamos de tener el mejor de los sistemas, al peor de todos, un hibrido perverso y funesto.
La Plutocracia es el gobierno de los ricos, que mediante su dinero financian las campañas y hacen elegir congresistas y gobernantes que reciben órdenes y legislan a favor de los dueños del país y no de la comunidad. Lo que conlleva a una mayor concentración de la riqueza y mayor desigualdad. En Colombia esa oligarquía la conforman Luis Carlos Sarmiento Angulo, el grupo Santodomingo, Carlos Ardila Lulle, el grupo Gilinsky y el Grupo Empresarial Antioqueño, que controlan el poder económico y político.
La Cleptocracia o Corruptocracia que es el poder de los ladrones. Es el establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de los dineros públicos, mediante la corrupción y sus derivados como el nepotismo, el clientelismo, el tráfico de influencias, el peculado, que saquean al Estado en más de 50 billones de pesos anuales. Todas estas acciones delictivas de los gobernantes quedan en la impunidad gracias a la cooptación y contubernio de todos los sectores del poder público, los organismos de control y electorales.
La Kakistocracia, es el gobierno de los ineptos, de los peores, de los incapaces, sórdidos, perversos, innobles, etc. El filosofo Michalengelo Bovero profesor de filosofía política de la Universidad de Turín la define como: ”la combinación de la oligarquía y la demagogia, un pésimo gobierno, la república de los peores. Un tipo de gobierno plutocrático-demagógico – autoritario. Basado principalmente en la idiotización mediática de grandes masas electorales”.
Eso es lo que representa Iván Duque, un títere, inexperto e incapaz, elegido ilegítimamente por una alianza ilícita de las grandes corporaciones, la mafia y el paramilitarismo, mediante la compra de votos y el constreñimiento electoral de empresarios y contratistas. Es un gobernante desubicado, frívolo, irresoluto, un hazme reír porque así lo querí; que en medio de la más grave crisis sanitaria y económica de la historia y con la mayor tasa de desempleo, donde debiera priorizar la renta básica de subsistencia, se dedica a hacer turismo, a alimentar su ego con un costoso e insulso programa televisivo, a destinar 14 billones de pesos en la compra de aviones para la guerra. A regalarles billones a los banqueros y más grandes empresarios, mientras deja abandonados a las mipymes, a la población informal y a la mayoría de compatriotas que viven en la pobreza y la miseria.
El resultado de la unión de insensibles e insolidarios potentados, corruptos e ineptos es un gobierno autoritario, represivo, excluyente, autista, que tiene abandonada toda la periferia del país, donde imponen la autoridad los grupos al margen de la ley, sembrando de terror, violencia, muerte y desplazamiento forzado a millones de personas. Que no da solución a los graves problemas sociales y económicos de la mayoría de la población, porque están ocupados repartiéndose el botín de puestos, contratos y el presupuesto público; gracias a que están blindados contra cualquier investigación penal, disciplinaria y fiscal.
culpa de esta injustificable situación es de los colombianos que no han tenido el valor civil de defender la democracia, los mecanismos de participación ciudadana y todos sus derechos, por indiferencia o indolencia.