Gilberto Zaraza Arcila
En 1974 con aportes de la Gobernación, la Presidencia de la República y el Comité de Cafeteros del Quindío, se entregó como un sitio de esparcimiento y diversión para todos los quindianos el Parque de Recreación Popular. Ubicado en el kilómetro 3 vía al aeropuerto El Edén en un área de más de 10 hectáreas y dotado de piscinas, juegos mecánicos, lago natural, canchas deportivas, restaurante y amplias zonas verdes. Luego fue mejorado con un tren que lo circunda, rueda de Chicago, piscina con toboganes, piscina con olas y otras atracciones.
Doce años después fue entregado en comodato a la Sociedad de Mejoras Públicas, que lo entregó hace más de 5 años por falta de sostenibilidad económica. Hoy está en manos del IMDERA completamente abandonado, invadido por la maleza, el óxido, los gallinazos y los ladrones, que se llevan lo que pueden, por falta de vigilancia adecuada. Es inconcebible que un hermoso parque que se construyó con mucho esfuerzo, costó miles de millones de pesos y es un patrimonio de la ciudad y el departamento; sea un elefante blanco, un monumento a la desidia y el desgreño administrativo, y a la falta de gestión por parte de los inoperantes organismos de control. Hoy solo queda el recuerdo de gratos momentos de recreación disfrutados allí por miles de familias.
La ciudadanía no puede ser indiferente e indolente ante este enorme detrimento patrimonial. Debe recuperar la memoria, el civismo, el sentido de pertenencia y exigir socorro, auxilio para salvar el parque. Se debe promover un cabildo abierto para establecer responsabilidades y exigir soluciones. La Sociedad de Mejoras Públicas debe liderar y convocar un convite o campaña de limpieza, recolectando los implementos de aseo con el comercio y alistar el grupo de voluntarios requeridos que aporten la mano de obra para esta benéfica labor.
Se debe exigir además a la clase dirigente voluntad para realizar una alianza pública privada para ponerlo de nuevo en funcionamiento, asegurando su sostenibilidad administrativa y financiera, con el aporte de la Gobernación, Alcaldía de Armenia, Empresas de Servicios Públicos, Comfenalco, Cámara de Comercio y empresa privada. Es el único sitio de recreación que tenían los estratos populares y no se puede permitir que se extinga definitivamente.
Solo hay voluntad política para cambiarle de destinación y convertirlo en un espacio de deportes de competencias de alto rendimiento con piscinas olímpicas y deportes de alto costo como la pista de BMX, la Cancha de Squash y la bolera, que no pueden practicar los estratos bajos de la población. Y que solo serán utilizados ocasionalmente en eventos nacionales. Como ocurre con el subutilizado Coliseo del Café.
El reto de los gobernantes, clase dirigente y la ciudadanía en general debe ser el compromiso de trabajar en equipo, con civismo, para recuperar la senda del progreso que nos llevó a ganar el calificativo de “Ciudad Milagro”. Lo mismo se debe hacer con la abandonada Plaza de Toros, que se debe convertir en un centro artístico y cultural, en un espacio para el teatro, el circo, las danzas, la música, la poesía, etc. El departamento no tiene oferta artística, ni cultural ni recreativa. Se requiere con urgencia un centro cultural con teatro, biblioteca, emisora, sala de conciertos y conferencias, etc. como el Centro Cultural Lucy Tejada con que cuenta orgullosamente Pereira.
