Gilberto Zaraza Arcila
Por solicitar resultados sobre las investigaciones contra el Clan del Golfo, el presidente recibió un ataque irrespetuoso, agresivo y descomunal del fiscal que se portó como un patán, como el matón del barrio. Se dejó provocar, incurriendo en el error de manifestar que era el jefe del Fiscal. Lo que aprovechó el energúmeno para mentir e injuriar diciendo que Petro (porque no lo reconoce como presidente) era un dictador que estaba acabando con la separación y con la independencia de poderes.
No sobra recordarle al indigno e incompetente fiscal, que quien acabó con el equilibrio de poderes y el sistema de contrapesos fue su jefe Álvaro Uribe, que implantó un régimen autoritario y presidencialista. Gracias al presupuesto, la burocracia y la contratación cooptó los otros poderes del Estado, la Fiscalía y todos los organismos de control. Por eso a pesar de sus innumerables delitos goza de impunidad, su hermano y su presidente títere elegido con dineros del narcotráfico.
El presidente de la república como demócrata ha demostrado el acatamiento al ordenamiento jurídico, a las libertades y a la autonomía de las instituciones. El diálogo y la concertación aun con sus detractores han sido su norma. Por eso, es inaceptable la arremetida del intolerante, soberbio y atrabiliario fiscal que miente, injuria y trapea con la dignidad del presidente. Sin que su gabinete, el establecimiento y los medios de comunicación salgan a exigir compostura y respeto al atrevido y temerario fiscal.
Este funcionario que no tiene ninguna autoridad moral para dar lecciones de ética, transparencia y eficiencia; porque es un simple títere y defensor de oficio de su amigo Iván Duque quien lo hizo elegir sin méritos para el cargo (porque no es penalista) y del expresidiario Álvaro Uribe. Convirtió la entidad encargada de perseguir el crimen y a los delincuentes, en un antro al servicio de los malandros, de la corrupción y de la impunidad. En un concierto para delinquir a favor de los victimarios y en contra de las víctimas. Está violando la constitución y las leyes, dedicado a prevaricar por acción y omisión, a incurrir en tráfico de influencias, en abuso del poder, en detrimento patrimonial.
Como gracias a los 23.000 funcionarios y al presupuesto de más de 6 billones de pesos de la entidad, cooptó a los magistrados de las altas cortes y a los congresistas, está blindado contra cualquier investigación. Es por eso, que a pesar de las numerosas denuncias en su contra la Comisión de Absoluciones de la Cámara y el Presidente de la Corte Suprema salen a defenderlo y a engavetar las investigaciones en su contra.
Quien funge como dictador es el narciso e inepto fiscal, que nombra dedo a sus colaboradores haciendo clientelismo electoral; desacatando las órdenes del Consejo de Estado de nombrarlos mediante concurso de méritos. Que les suprimió la autonomía e independencia en las investigaciones a los fiscales. Que premia a los que archivan las investigaciones contra los poderosos, y destituye, traslada, sanciona o les quita los procesos a quienes en estricto derecho cumplen cabalmente con sus funciones. Que esclaviza y humilla a sus subalternos ordenándoles oficios domésticos en su residencia.
El fiscalito de bolsillo está interviniendo ilegalmente en política, está usurpando las funciones de control político al Congreso. Se convirtió en el jefe de la oposición. Desconoce e irrespeta al presidente. Para alimentar su ego está dedicado a dar entrevistas y declaraciones frívolas en los medios, porque no tiene resultados de su gestión para mostrar.
Por primera vez en la historia en un gobierno progresista los medios de “comunicación” se convirtieron en un contrapoder y censores de la gestión de los gobernantes. Con relatos periodísticos mendaces, descalifican todas las acciones del gobierno y se ponen del lado del corrupto fiscal. Cuando siempre han sido gobiernistas y defensores del establecimiento. Lo que demuestra su sesgo ideológico, su falta de objetividad e imparcialidad.
A este individuo acomplejado y mitómano que se autoproclama el más inteligente, eficiente, bonito, honesto, el mejor funcionario. Que dice que realiza la mejor fiscalía de la historia, que no tiene jefe, ni a quien rendirle cuentas; pero solo es un despreciable y servil lacayo de sus amos Uribe y Duque, hay que recordarle el refrán que dice “Dime de que presumes y te diré de que careces”.
Somos uno de los países con mayor impunidad en el mundo, más del 95% de los delitos denunciados quedan sin las sanciones contempladas en los códigos. La delincuencia y a la inseguridad aumentan, porque la Fiscalía y la justicia no cumplen con sus funciones, Requieren una reforma profunda. Para acabar con el Cartel de la Toga y la peor fiscalía de la historia.
Una respetuosa recomendación final al presidente. No se deje provocar, no responda todos los ataques sin fundamento. Deje de twittear y contestar con intensidad todos los infundios. No más discursos, concéntrese en gobernar. Deje que ladren los perros.