La intrascendencia de la ONU

11 octubre 2023 4:31 am

Compartir:

Gilberto Zaraza Arcila

La Organización de Naciones Unidas (ONU) fue creada en 1945 con el compromiso de mantener la paz y la seguridad internacional. Fomentar la cooperación y las relaciones de amistad. Y promover el progreso social, el mejoramiento del nivel de vida y el respeto por los derechos humanos y del derecho internacional.

En 1947 cometieron el garrafal error de aprobar la partición de Palestina en dos estados, uno judío y el otro árabe. Como este no aceptó se fueron a la guerra que Israel ganó, ampliando su dominio hasta el 78% del territorio palestino. Durante 75 años Israel un país desarrollado con poderío económico y militar, con el apoyo incondicional de los Estados Unidos ha oprimido, humillado y controlado a los palestinos, cometiendo un despiadado genocidio. De allí surge el odio, el resentimiento y la venganza.

En la actualidad Palestina es objeto del apartheid, de la segregación racial. No es aceptado como miembro de la ONU, a pesar que 139 países lo reconocen, porque Estados Unidos e Israel se oponen.  A pesar que tiene pleno derecho a tener un Estado libre, independiente y soberano y su población a vivir en paz y seguridad. Estados Unidos no aceptaría que le cercenaron una parte de su territorio para entregárselo a Israel.  

En el mundo existen demasiados conflictos bélicos. La guerra en Ucrania entre la OTAN y Rusia. La de Azerbaiyán y Armenia y la que se libra entre Israel y el grupo musulmán Hamas. Además de los conflictos internos en Yemen, Siria, Etiopia, Afganistán…etc. Sin que la ONU haga algo para solucionarlos. Por el contrario, como ocurre en Ucrania con su ayuda militar y económica, están atizando la guerra. Mientras la mayoría de países piden pararla y buscar la solución pacifica de los conflictos, el presidente Biden manifiesta que no se puede permitir que Rusia la gane. Sin importar las graves consecuencias económicas en inflación, incremento de las tasas de interés, disminución del crecimiento, amenazas de recesión, etc.

Todos los ataques terroristas son condenables e injustificables. Los de invasión por parte de las potencias y países colonialistas, y los de los grupos terroristas como Hamas, Hizbolá, Estado Islámico, etc. Sin embargo, lo países occidentales solo condenan los últimos, pero justifican o se silencian ante los primeros. Llevan la cuenta de los cohetes lanzados por Hamas, pero no los misiles y bombas que Israel lanzado a la franja de Gaza un territorio de 362 kilómetros cuadrados con la tasa de densidad más alta del mundo. Donde viven más de 2.300.000 palestinos, el 98 % personas pacificas e inocentes que desde el 2007 sufren el más férreo bloqueo, que hoy incluye el incesante bombardeo que lo ha dejado sin energía, agua, alimentos y combustibles. ¿Acaso Israel quiere repetir hoy con los palestinos, el exterminio que los nazis le infligieron a los judíos?  El poderoso de nuevo aplasta al débil.    

Tampoco han cumplido con las metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en el 2015, ni cumplirán los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el 2030, sobre erradicación de la pobreza. Hambre cero. Salud y Bienestar. Educación de calidad. Reducción de la desigualdad. Trabajo decente. Igualdad de género. Agua potable y saneamiento básico, etc.

En contravía, promueven la guerra y el desarrollo armamentístico. No se comprometen a disminuir la contaminación. No invierten en el desarrollo agroindustrial e industrial en los países subdesarrollados para evitar la emigración. No intervienen para impedir la aberrante violación a los derechos de la mujer en los países islámicos. No fijan límites al desarrollo de la inteligencia artificial que está provocando mayor desempleo. 

La ONU ha fracasado, es un organismo disfuncional, antidemocrático (donde 5 potencias tienen poder de veto sobre las decisiones de 190 países), y poco eficaz. Necesita una reestructuración para facilitar una gobernanza mundial.  Una revisión del sistema capitalista depredador y explotador. La reducción de la creciente desigualdad y concentración de la riqueza. Las asambleas de la ONU no pueden ser más vitrinas para pronunciar discursos demagógicos y retóricos, que solo buscan reconocimiento personal y alimentar el culto a la personalidad. Deben ser aprovechadas para concertar soluciones a los graves desafíos que presenta el planeta.

Un mundo en paz, seguro, desarrollado, con oportunidades para todos, con empatía y solidaridad es posible; si hay voluntad política y económica de los líderes mundiales y de las grandes multinacionales. 

El Quindiano le recomienda

Anuncio intermedio contenido