Gilberto Zaraza Arcila
Mientras el mundo celebra las festividades de fin de año, los palestinos padecen una terrible navidad y reciben con enorme sufrimiento y desesperanza el año nuevo. Soportan estoicamente desde hace 75 años un infierno, la barbarie, la crueldad, la sevicia y la alevosía en su máxima expresión.
Quienes tienen todo el derecho a la legitima defensa son los palestinos, que desde hace ese tiempo fueron expropiados injustamente por la ONU de sus tierras y luego por el colonialismo israelí aprovechando su inmenso poderío militar y económico. Por resistirse a la ocupación, opresión y humillación de los judíos que los tratan peor que a los animales, vienen siendo aplastados por Israel con la ayuda de Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido.
Los más de 5 millones de palestinos fueron confinados en el campo de concentración en Gaza y en una parte de Cisjordania, que también ha sido colonizada por los judíos. Ambas franjas distantes entre sí e incomunicadas, tienen un estricto y permanente control militar terrestre, aéreo y marítimo; donde las libertades son mínimas. Esta inaceptable situación genera odio, resentimiento y venganza, expresado en el brutal ataque del grupo Hamás, que no son autoridad palestina.
Como el propósito del Estado sionista y de extrema derecha es exterminar o desplazar a los palestinos para apropiarse de la totalidad de su territorio; al parecer permitió el ataque para justificar el genocidio. Desde hace 80 días está bombardeando indiscriminadamente hospitales, universidades, escuelas, mezquitas, centros de refugiados y ha destruido el 50% de los edificios residenciales. Incluso utilizando armas químicas prohibidas.
Los muertos se acercan a 22.000 y los heridos a 59.000. El 70 % son población indefensa, niños, mujeres y ancianos. Sin conocer cuántos más hay debajo de los escombros de los edificios. Como no respetan la población civil, entre los muertos se cuentan 59 periodistas, 140 funcionarios de la ONU y más de 300 personas del personal médico. Que se van a incrementar notablemente por la falta de agua, energía, comunicaciones, alimentos, medicamentos, combustibles y por falta de ayuda humanitaria. Y por la aparición de infecciones y enfermedades provocadas por estas carencias y por el hacinamiento de más de 2 millones de desplazados subsistiendo en la intemperie.
Israel está incurriendo en un genocidio con la colaboración de Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido; que le suministran armas, tecnología y miles de millones de dólares al país invasor. La Corte Internacional de Justicia y el Consejo de Seguridad de la ONU han catalogado a Israel de potencia invasora y de violador del derecho internacional.
La ONU debe exigir a Israel el inmediato cese al fuego y permitir la entrada de ayuda humana so pena de imponer sanciones o bloqueos. Corregir el craso error devolviendo el territorio entregado a Israel, reconociendo a Palestina como Estado independiente, libre y soberano. Y reubicando a los judíos en suelo norteamericano.
Además, la Corte Penal Internacional debe juzgar y condenar a Netanyahu, Biden, Sunak, Macron, etc., por genocidas y por crímenes de lesa humanidad. Los cerca de 190 países que han votado para exigir al cese el fuego a Israel, pero que Estados Unidos veta; deben ser coherentes cortando relaciones con el Estado terrorista y genocida de Israel.
Es una vergüenza que entre más civilización, haya más deshumanización. La ley del talión que quiere aplicar el poderoso al débil es 100 muertos palestinos por uno israelí. Aunque el ministro del patrimonio de Israel va más allá, propuso lanzarles una bomba nuclear para acabar definitivamente con el conflicto y las potencias guardaron silencio.
A la civilización le quedó grande vivir en paz y en colaboración recíproca. La civilización no suprimió la barbarie, la hizo más bárbara, cruel y despiadada. Prefirió la guerra, la competencia y la confrontación por el poder. El mundo es cada vez más irracional, inhumano, insensible e insolidario.
“Verdaderamente el hombre es el rey de las bestias, porque su brutalidad las supera” Leonardo da Vinci.