Evite una dependencia innecesaria

22 septiembre 2023 2:36 am

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Hay muchas razones para tener dificultades de sueño, la mayoría de las veces se logra corregir el problema entendiendo que la solución no está en el uso de somníferos. Cada debe individualizarse y jamás con el afán de la inmediatez.

La medicina no se rige por la vocación de apagar incendios, mas bien, debería tenerse claridad en el hecho del incendio que realmente se produce al volverse un formulador sintomático: las distintas señales que da el organismo, a diferencia de lo que muchos creen, no son tormentosas ni enemigas, al contrario, nos están avisando que hay algo por revisar concienzudamente, algo está funcionando inadecuadamente. Si una alarma suena y simplemente la desconecto no estoy enfrentando la causa de esa alerta. Quizás no haya ruido por un tiempo, pero el detonante, la razón, la causa puede permanecer latente como una situación que va cogiendo fuerza hasta el punto de terminar en un evento caótico.

Últimamente he notado que aumenta de manera absurda el uso de medicamentos “para el sueño” lo cual es preocupante por varias razones: un número importante de esas sustancias tienen un potencial poder adictivo y más peligroso aún cuando la tolerancia se suma puesto que llega el momento en que es necesario incrementar las dosis para obtener un efecto mínimo.

El organismo, sencillamente, se acomoda a una especie de zona de confort y así, las verdaderas estrategias para superar el evento dejan de ser importantes “porque con la pepita duermo”. La industria farmacéutica lo sabe y en no pocos casos se limita a recomendar e insistir en el uso de un fármaco incluso a sabiendas de que no es el camino correcto. Claro, la misión de un laboratorio no es precisamente el quehacer médico y obvio que como negocio se mueve más por parámetros de supervivencia y ganancia económica.

La responsabilidad de la prescripción recae en el profesional de la salud que es quien tiene los elementos profesionales para tomar decisiones respecto a la orientación, el diagnóstico y la pertinencia de usar o no las medicinas disponibles. Estamos de acuerdo en que se debe propender por mejorar rápidamente la calidad de vida de las personas y entonces es necesario, en el caso de problemas en el sueño, intentar que la persona recobre la capacidad de conciliar y mantener el sueño que implica la garantía de un descanso, ese objetivo debe ir ligado a un análisis de la situación y el enfrentar el problema integralmente.

Hay sustancias que per se no causan adicción, pero eso no excluye el problema de lo que llamamos “dependencia psicológica” o sea, un condicionamiento mental igual de peligroso al desencadenar un comportamiento inadecuado cuando se cree que “si no me tomo la pepa no voy a dormir”. Hay experimentos que así lo demuestran, con placebos, sustancias completamente inertes, carentes de valor farmacológico pero que al ingerirse “logran llevar al tan anhelado sueño”.

En nuestro medio es aún “normal” la autoprescripción o la recomendación del vecino o el amigo o, irresponsablemente, del dependiente de una farmacia: no caiga en esos comportamientos porque es peligroso por múltiples razones; ningún medicamento es inocuo y si al amigo “le fue bien” no es garantía para que usted crea que le irá igual. En medicina hay dolores que no es conveniente neutralizar hasta ser examinado por el médico so riesgo de enmascarar un proceso grave; hay elementos de “higiene del sueño” que corregidos abortan el problema; crisis emocionales, momentos de duelo, situaciones de angustia, enfermedades afectivas o de índole más complejo. Hay infinidad de razones para no dormir. Cada caso es un reto que implica un abordaje particular y en la mayoría un apoyo farmacológico es muy transitorio y debe vigilarse y orientarse ojalá hasta suspenderlo. Cuide su salud y piense en que aún tiene mucho tiempo como para encadenarse sin necesidad a una dependencia innecesaria.

 

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