El poder del dinero en la política

20 octubre 2023 4:25 am

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Roberto Estefan Chehab                         

El poder del dinero, asunto alienante en los corazones de quienes basan en ello su valía y así mismo lo ponen precio a todo. Es desafortunada esa realidad: el poder económico divide a las sociedades de tal manera que unos se creen superiores y otros se sienten inferiores y aunque suena fastidioso, aunque se diga otra cosa, así se comporta la mayoría de la gente. Pareciera que cada cual asume su rol y sigue viviendo en consecuencia ¿usted en qué lado está de esa fórmula? Realmente preocupante saber que eso no cambia. Año tras año, periodo tras periodo se reafirma la polarización y su influyente matiz en el comportamiento social: increíble sentir lo que yo llamaría una “estupidez sin esperanza” por culpa de la cual las personas se van dejando invadir de un sentimiento de inferioridad, que obviamente se alimenta con resentimiento y rabia, actuado con una sonrisa forzada, una lealtad sin raíces y una esperanza pírrica: esa triada es típica en tiempos de elecciones. Se van formando grupos de trabajo que son acuartelados y arengados por el líder correspondiente; así, en cada uno crece un espíritu de cuerpo pasajero, pues durará mientras se agota el proceso electoral y una vez organizados se instaura el espacio combativo que tiene por objeto convencer a las personas para que apoyen la invitación que en la mayoría de los casos se traduce en un nombre propio y no exactamente en propuestas claras, aterrizadas y viables. En un porcentaje importantísimo de casos, lo que prometen las campañas no se cumple: al final el ejercicio consistió en decir cosas bonitas que el pueblo quiere escuchar. Prácticamente imposible encontrar un equipo de gobierno que haya cumplido en los últimos veinte años. La primear excusa que publican es que “nos dejaron la olla raspada”, acto seguido vienen los despidos y cambios en las oficinas públicas porque hay que despejar nominas para cumplir compromisos con quienes apoyaron la campaña ganadora: en esa etapa se semiparalizan procesos de toda índole pues los “nuevos” casi nunca saben que es como se hace y mientras aprenden, todo se trastoca. Va pasando el tiempo y aun no hay proyectos estructurados que puedan iniciarse con prontitud y seguridad: hay que esperar a hacer estudios (muchos de ellos hechos anteriormente varias veces), someter a aprobaciones, buscar dinero y en esas se pasa la mitad del periodo para el que se eligieron los funcionarios. Luego aparecen los molestos que se sienten desplazados y con ellos las demandas en los entes de control: señores, hay que defenderse. Claro, en todo ese berenjenal se pierde más tiempo y así también recursos. Pero tranquilos, no pasa nada porque aquí todo lo volvemos chiste. Los periodistas cazando noticias, es su trabajo, las entidades de control llenas de procesos enlentecidos y eternos, también en ellas se estrena personal en cada cambio de gobierno ¿era necesario? En todo ese mundo al revés están las hábiles manos de los titiriteros que mueven las cuerdas, pasan bueno y se enriquecen, dan trabajo a los amigos y con ello se hacen acreedores a la gratitud sin límites: todo con el erario de todos. Tristemente eso no cambia nunca, así es siempre y por eso tampoco llega el proceso, ni las buenas costumbres. Qué vergüenza con las nuevas generaciones. Que frustración con nosotros. La solución está en la educación. TANTO ESCOLAR COMO DESDE EL HOGAR, pero ahí viene otro problema pues se ha ido infiltrando: un discurso de odio, tergiversado, manipulado. Claro, se suman distintas maneras de ver las cosas y entre ellas la del comunismo, el mismo Marx dijo alguna vez que él nunca sería marxista, una filosofía que lleva a la pobreza, pero sin lograr la igualdad, así fuese por esa vía. Señores lectores, por favor a ustedes y a todos, no vote si no está convencido de que lo hace por el bien común. No busque un puesto a través del voto sin la conciencia de estar eligiendo a una persona honesta y bien capacitada. No le entregue su comarca a la corrupción, defienda su municipio, sus tradiciones, el legado de los viejos que abrieron caminos e iniciaron el sueño. Hay que arrancarles “de las garras” a muchos deshonestos y avivatos, el manejo y el futuro de nuestro suelo. Por favor, si va a votar no bote la esperanza de todos. Por favor, no soportamos más clientelismo, ni improvisación, ni atraso por cuenta de tanta mediocridad. A los buenos gobernantes los deben asistir buenos equipos de gente que no le teman a ser correctos y proactivos. [email protected]               

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