¿Solo deseando?

19 enero 2024 4:29 am

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Roberto Estefan Chehab

Quiero mejorar ¿cómo le hago a eso? Pues bien, si lo desea ha dado un primer paso, pero lo importante comienza cuando se toma la decisión. Ningún cambio es posible si no se decide forjarlo como realidad. Desear no es garantía por sí solo pues puede quedarse suspendido y, nada más triste que ser testigos de tantas historias en las que nunca se avanzó porque el único argumento fue “las ganas”, “la intención” y obvio, la frustración. Las cosas requieren ser trabajadas con compromiso y tesón entendiendo que nadie puede hacerlas por usted ¡cuántos seres humanos tienen una condición particular!: desean aprender sin escuchar, sin entender, sin medir consecuencias y, algo peligroso en los procesos a mediano y largo plazo es la creencia de que “todavía queda mucho tiempo”. Entonces se tiende a subvalorar lo efímero que es el tiempo de la vida y entonces, sin mayor responsabilidad la tendencia a postergar se convierte en costumbre. Hay momentos, durante el proceso de desarrollo de todas las personas, en los que la curiosidad, la rebeldía y la necesidad de conseguir una individuación conllevan conductas coherentes con esas etapas que se intensifican en la adolescencia: claro, es normal y todos pasamos por ahí. A pesar de ser algo inherente a la psicología normal del desarrollo también, como todo, tiene un inicio y una culminación y es en ese lapso donde hay que tener un cuidado especial, hay riesgos claros, pues las personas ya no permanecen bajo la tutela constante de sus padres: los niños están generalmente en casa o en el entorno escolar que supone una protección más estrecha; los adolescentes buscan evadirse de los límites que los han protegido y en su búsqueda de identidad, totalmente normal, necesitan construir espacios nuevos, amigos distintos y nuevos aires y es seguro que lo buscaran. Entonces los temores de los mayores se intensifican, las discusiones, los reclamos, los enfrentamientos no se hacen esperar ¿Por qué esa sensación de impotencia que aterra? No es un momento fácil para nadie en ese contexto y sin embargo puede plantear un reto muy interesante  ¿Llego el momento del dialogo, de la negociación, de la coherencia entre todos? aquí vale la pena recalcar en que los años anteriores, los de la infancia son cruciales pues es en esos tiempos en que se siembra la confianza, el amor a través del ejemplo, del día a día, la noche, el fin de semana, las vacaciones, la familia y los valores que ella inculca y profesa, las reuniones escolares, los estímulos, la disciplina y el respeto: tarea de cada momento y no por raticos. Es muy optimista creer que lo que no se trabajó durante los quince primeros años, se corrige en un momentico cuando la vida pone de manifiesto el reto del conflicto. Cada persona tiene una historia propia, trabajo, deudas, responsabilidades, intimidad, pero cuando hay que compartir las historias de todos es menester evaluarse, cada uno, para entender cuáles son las cosas que deben modificarse por el amor al bien: el que debe dejar el alcohol, el que necesita mejorar la comunicación, el que desea cultivarse para manifestar más abiertamente el cariño, el que reconoce que es urgente dedicar más tiempo y calidad a la construcción de un mejor devenir de todos. Suena lógico, pero no es fácil. Los momentos son fugaces y lo que no se compartió quedó atrás para siempre y así, muchas vivencias se pierden por ese creer que “todavía hay tiempo”. A pesar de todo, muchas historias mejoran cuando se toma la decisión de enfrentarse al egoísmo, de reconocer las limitaciones y no quedarse paralizado en ellas. El que quiere puede crecer, superar adicciones, compartir y crecer a través del amor por sí mismo y por la vida. Le aseguro, si el “deseo” progresa a decisión, los resultados serán cada vez mejores; siempre hay un amanecer y la posibilidad de “exprimir” mejor esos nuevos amaneceres que nos van quedando. Anímese y decida, no se quede rumiando el deseo, la culpa el miedo.  Decida. [email protected] 

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