Los noticieros de televisión producen pánico

8 abril 2021 9:12 pm

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Por James Padilla Mottoa

Hasta hace un tiempo, uno de los pasatiempos favoritos de los colombianos era sentarnos frente al aparato de televisión para ver los noticieros y enterarnos de los temas de mayor actualidad en el país y el mundo, con noticias buenas y malas, como es apenas natural. Infortunadamente ese pasatiempo se ha tornado en un verdadero show del miedo en esta época siniestra de pandemia y demás.

Hoy en día, cuando el confinamiento es una de las mejores recomendaciones que se pueden hacer y dentro del mismo, la oferta más recomendable sería ofrecer a los obligatoriamente recluidos contenidos televisivos que les ayuden a superar el estrés y la angustia de permanecer mucho tiempo encerrados, lo que nos entregan es algo totalmente diferente.

Detenerse hoy a mirar un informativo de televisión, el que quieran, es poco menos que asistir a un desfile de noticias y temas, frente a los cuales Drácula, El Exorcista, Chucky Tiburón y otras películas más del reciente pasado, son apenas un matineé para adolescentes, por el gran contenido de material que lo único que produce es pánico.

Esta semana tuve el coraje, para inaugurar la mañana, de ponerme a mirar el telenoticiero de uno de los más importantes canales nacionales.

Material para abrir: la altísima cifra de nuevos contagios de Covid 19 y el récord de muertos por efecto del terrible virus. En la continuidad, la situación espantosa que vive el departamento del Atlántico, próximo a la alerta roja por ocupación de camas en las diferentes UCI. Complementariamente las increíbles estadísticas de más de 135 mil casos de fiestas clandestinas en contravención de las normas dictadas por el gobierno para tratar de evitar la expansión del contagio. Después de la pausa, nuevos episodios en torno a los desalmados padres, que insisten en la muerte de su pequeña hijita de 2 años a quien, señalan, arrojaron en un sector del río Tunjuelito, en la capital del país. Sin dar un respiro, nos alertan de la nueva masacre ocurrida en Circasia y "cuando regresemos…", los aspectos que se han revelado de la reforma tributaria que ya se ha llevado a consideración de los honorables padres de la patria y a la cual ya anuncia anticipadamente el Centro Democrático que dará su total respaldo.

Al volver, con un gesto del presentador que uno no sabe si es de resignación o de gusto, comienza a desgranarnos esos pocos aspectos que se han podido conocer de la reforma del impío Carrasquilla: declaración de renta para todos aquellos cuyos ingresos sean superiores a dos y medio millones de pesos mensuales porque, según el régimen, estos ya pasan a ser los nuevos ricos de Colombia; que el IVA del 19 por ciento para el chocolate, el café, y otros tantos artículos de primera necesidad, mientras se notifica que los grandes emporios económicos del país podrán contar con nuevas y jugosas exenciones, porque, pobrecitos, ellos son las víctimas reales de los males que afectan la economía mundial.

Después de los anuncios de los inefables productos para la caída del cabello, viene un paréntesis para hablar de la reforma pensional que ya cocina este gobierno: propuesta de reducir al 50 por ciento la pensión del sobreviviente, gravamen especial para flacas pensiones que superen los cuatro salarios mínimos, etc., etc.

Hasta aquí, con los pocos pelos que nos quedan, de punta, hay un rictus de terror en el rostro y una palabrota en el decir. "Pero no se vayan que cuando regresemos les tendremos lo último de la banda de extorsionistas que estrangulan por estos días a los comerciantes de Usme".

Ya esto supera nuestra capacidad de aguante ante tanta noticia que estrangula los nervios y decidimos volver hacia lo que era un bálsamo hace muy poco: el canal exclusivo de los deportes. Y, oh sorpresa, allí acaban de contratar un buen periodista para que nos haga un largo listado de las nuevas, en torno a todo lo malo que nos tiene al a punto de la locura.

No hay opción; tenemos que decidirnos por apagar el televisor porque en el último recurso que buscamos, Tom y Jerry, el ratón estaba ahogándose al gato.

Así las cosas, con toda esta avalancha encima, cuando Dios decida quitarnos la pandemia, seguramente pasaremos al siquiátrico para salir después a elegir a los mismos enemigos del pueblo. ¿Y quién dijo que fue calumnia aquello de que somos un país de cafres?

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