Por James Padilla Mottoa
Lo único que siempre le pedí al Deportes Quindío fue que no me dañara la época de Navidad porque la alegría tradicional de ella se viene abajo con un desastre como la pérdida de la categoría. Pues, otra vez, el Quindío nos empañó la temporada más linda del año con esta realidad tan amarga.
Sin embargo, para sacudir un poco la tristeza del fútbol, es bueno meter la cabeza en la casa vecina y hacer algunas consideraciones sobre lo que se avecina en la competencia que sigue:
Todo indica que al súper favorito verdolaga se le está acabando la gasolina en la parte más importante del torneo, pues la serie de partidos que ha encadenado sin conocer la victoria y sobre todo, la pobre actuación que tuvo como local ante otro de los llamados grandes como Millonarios, ha prendido las alarmas entre la crítica y los fanáticos más beligerantes del elenco paisa, el que por nómina e inversiones, está llamado a ganarlo todo en el rentado nacional. Además, dos derrotas como visitante ante el Pereira, una en liga y otra en el último partido de la Copa Colombia, a pesar del título obtenido en esta competencia, dejan un sabor agridulce en el entorno nacionalista, de cara a la fase semifinal que empieza este fin de semana.
La victoria a domicilio de Millonarios lo ubica nuevamente en la baraja de los principales favoritos para este campeonato y marca una vez más la enorme capacidad del técnico Alberto Gamero, quien ha logrado conjuntar varios jugadores jóvenes con otros veteranos que aún tienen calidad, aunque sin ostentar el rótulo de figuras.
La enorme sorpresa la dio el América, equipo que en el último partido se les metió por la única rendija posible, ganándole con contundencia al cuadro matecaña, llamado justamente el equipo revelación del año. No obstante que a lo largo del torneo los rojos no pudieron certificar su actuación con un nivel de juego convincente, a pesar del prestigio de su técnico Juan Carlos Osorio y la validez de su proyecto, en los juegos finales el escarlata tomó un rumbo diferente y con goles ha ilusionado a una enorme parcialidad, cuyos desbordes han puesto a su divisa en una lamentable situación de paria, sin una sede fija para jugar sus primeros encuentros del cuadrangular por la ocupación del Pascual Guerrero con los Juegos Panamericanos Junior. Es tan detestable la actuación violenta de los hinchas de la mecha, que casi ciudad alguna quiere albergar sus colores, por temor a los desmanes.
América, por sus antecedentes inmediatos, es un equipo que puede hacer daño a los favoritos, pero por el fútbol exhibido hasta ahora, dista mucho de estar en el abanico de posibles triunfadores.
Con un poco de holgura el Junior llegó a la cita semifinalista, pero su fútbol fue tan magro, tan flaco, como el prestigio de su entrenador Arturo Reyes, quien llegó al banco tiburón con el bacalao a cuestas de una paupérrima gestión al frente de los seleccionados juveniles de Colombia.
Junior tiene nómina y poder económico para hacer mucho más de lo que ha mostrado hasta el momento.
El otro de los llamados grandes es el Deportivo Cali, un equipo que venía tambaleante hasta la llegada del técnico Rafael Dudamel, con cuya dirección alcanzó los puntos y el reconocimiento para aparecer en la disputa de estos cuadrangulares. Pero es una incógnita total el conjunto azucarero en cuando a lo que pueda dar en la exigencia de instancias tan cortas.
El Tolima acredita su condición de campeón para refrendar méritos y posibilidades en la fase decisoria del torneo, al margen de un presente futbolístico que no es tan brillante, pues algunos resultados, aún como local, no dan mayor fundamento para pensar en un nuevo título para el elenco que dirige el buen técnico Hernán Torres.
Pereira y Alianza Petrolera, son los otros clasificados con muchos argumentos futbolísticos, pero con la cáscara de equipos chicos, una situación que los hace inevitablemente vulnerables a las diversas situaciones que se tienen que vivir en el desarrollo de una actuación en la que los grandes son los que venden y donde difícilmente van a permitir, como dicen por ahí, que el campeonato se les nivele por lo bajo…