James Padilla Mottoa
Lo que le pasó al Deportes Quindío en la primera jornada de este campeonato no es concebible que pase en el fútbol de hoy, cuando existen tantas posibilidades para hacer acopio de información que minimice el riesgo de cometer errores de esa magnitud.
Cuando leí la información en diferentes medios, no podía dar crédito a lo que estaban relatando: una demanda instaurada por el Atlético Huila, equipo perdedor, nada más que porque alinearon a un jugador que estaba suspendido y que, en consecuencia, no podía actuar en el primer juego de esta competencia, aun vistiendo una camiseta diferente a aquella con la que mereció la sanción.
Sentí como si alguien me hubiera pateado en la frente al conocer la noticia. Es que había estado esperando desde temprano para ver por televisión el estreno del equipo de Rubencho en el campeonato. Un juego pasado por agua de principio a fin. Sin llegar a ser el de casa un equipo muy solvente, sí tuvo como ingrediente principal la enjundia, el valor y la decisión de salir a ganar el partido. Lo lucharon a muerte y lo ganaron limpiamente. Algunos que habían desertado de la emoción del Quindío en una cancha, regresaron pese a la lluvia. Y a esos y a todos, ¿qué les vamos a decir ahora? Creo que nada, porque ellos no van a aceptar unas explicaciones que ni los directivos creen.
En el fútbol profesional ha sido costumbre que los preparadores físicos sean los encargados de llevar el control de los jugadores en lo atinente a tarjetas y suspensiones. Lo usual es que al hacer la convocatoria el técnico, el preparador físico esté atento a informarle sobre posibles inhabilitaciones. Y si no es el preparador físico, es el gerente de la institución o cualquiera de los allegados al equipo. Por eso, esto de perder tres puntos que se lucharon y se ganaron en un partido tan disputado, a estas alturas de la vida no le pasa sino al Deportes Quindío.
Rubén Darío Hernández es un hombre que tiene en sus piernas y en su ser, todos los kilómetros del mundo en su carrera de fútbol y que a él, en su inauguración como técnico titular de un equipo profesional le pase esto, es como para que todos nos pongamos a llorar.
Sí, que fueron los puntos de la primera fecha y que seguramente los vamos a recuperar en otro partido por fuera, es lo que algunos piensan. Pero no, es una apreciación equivocada porque los puntos que se pierden nunca se recuperan y cómo llegan a hacer falta en una fase final.