Guillermo Salazar Jiménez
Veo a la defensa apurada por contener los ataques del adversario, gritan, gesticulan, sacan el balón sin técnica; la línea del medio campo corre sin orden, tampoco filtran el balón, no crean peligro, se agotan en un ir y venir, olvidaron la táctica. Los delanteros, abandonados, no se notan, los goles archivados promueven la esperanza para ganar el siguiente partido. Se apoyó en DiStefano, quién dijo que “un partido sin goles es como un domingo sin sol” y Ferney Agudelo, afirmó que mientras son estrellas se les perdona tales falencias, pero cuando abandonan los estadios, la mayoría de los futbolistas colombianos quedan sin presente ni futuro. Los formaron para competir, pero no como personas útiles.
¿A los futbolistas solo se les forma para competir?, preguntó Rusbel Caminante. Lo peor, son usados para las ganancias del club, aseguró Ferney, el fútbol como negocio deja de lado la formación del futbolista como persona. La venta inmediata de las nuevas promesas ahoga la posibilidad de su formación integral. Congruente con tal desatino afrontamos quizás el principal problema del fútbol moderno: la deficiente formación de entrenadores. Leyó de Zidane: “Si no tienes suerte y gente que te ayude en el camino, nunca llegarás a ser el mejor”.
Dicha realidad la viví una vez terminé el doctorado en España, le contó a Rusbel Caminante. Después de trabajar 30 años como profesor en diferentes escuelas de fútbol de Europa, servir como metodólogo y asistente técnico de los más renombrados equipos, entendí que sin escuelas adecuadas para entrenadores resulta imposible formar futbolistas integrales. Diseñé mi propia metodología para formar y capacitar jugadores, y, ahora, ser representante del Bayer Leverkusen para América, España y Portugal, podría ser mi último trabajo. Voy a dedicarme por completo a mi escuela Gesfuttalent, con sede en Barcelona, España, para formar entrenadores.
Gesfuttalent, “Entrenadores: Maestros del fútbol”, es una escuela aprobada por las autoridades españolas. Rusbel Caminante escuchó atento a Ferney: Formamos entrenadores como profesionales en aspectos físicos, tácticos y técnicos, y como maestros, es decir servir como guía, interlocutor y promotor de los futbolistas. Partimos de las aptitudes y experiencias profesionales de los entrenadores, como actores centrales, y durante el proceso de enseñar y aprender potenciamos sus cualidades personales.
Por ello, le aseguró a Rusbel Caminante que las expresiones Transitivo – Experiencial – Indagador son los ejes teóricos de nuestro enfoque pedagógico. Generalmente las escuelas de entrenadores ahondan la parte profesional, en detrimento de la pedagógica. Casi ninguna escuela funciona acorde con principios y fundamentos pedagógicos, el asunto de los valores humanos se ahoga en las rutinas de entrenos y partidos. Sonrió al recordar al argentino Alfio Basile: “Yo, a mis jugadores los coloco bien sobre la cancha, lo que pasa es que cuando empieza el partido, se mueven”.
No basta que los entrenadores se detengan en lo físico, técnico y táctico, los futbolistas necesitan ser personas, en pocas palabras los nuevos entrenadores podrían afirmar con Albert Camus que “todo lo que sé sobre la moral y obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol”.