Ética y política no van de la mano

3 septiembre 2023 1:50 am

Compartir:

Guillermo Salazar Jiménez

Para muchos pensadores modernos la relación entre ética y política se estrecha cuando ambas, en sentido humano y filosófico, buscan el bien común de la sociedad, dijo Rusbel Caminante, pero varios dirigentes nuestros cada vez más se alejan de los presupuestos éticos, soporte de la política. Agregó que la utilizan alejada de los principios éticos; por ello en cada momento de nuestra historia sus errores afectaron a Colombia entera y, lo peor, en un remolino de impunidad incontenible. Impunidad ética y política sin fronteras.

Forjar en los ciudadanos el engaño como ideal de vida se convirtió en el principal efecto de los políticos, cuando ejercen su papel sin ética. Juanita Lectora adicionó: En tal grado, que no motivan a los colombianos pobres y humildes a conocer las causas de los graves problemas económicos y sociales padecidos, los cuales aspiran enfrentarse con las reformas gubernamentales propuestas. Juanita dijo, como ética y política no van de la mano, se genera la fractura social entre el universo del discurso y la práctica. Una separación entre el ideal del bien común y el actuar para alcanzarlo. Concluyó con el escritor italiano Arturo Graf: La política es demasiado a menudo el arte de traicionar los intereses reales y legítimos, y de crear otros imaginarios injustos.

Rusbel Caminante expresó que, amputada la ética de la política, el objetivo compartido del bien colectivo se transforma en un simple oficio desprovisto del ideal de cambiar el rumbo del país. Con Aldous Huxley expresó: Cuanto más siniestros son los deseos de un político, más pomposa, en general, se vuelve la nobleza de su lenguaje. Por ello, la crisis política soportada es una crisis de la ética impuesta. Consideró que, cuando la política colombiana no va de la mano de la ética, castra los valores esenciales de justicia, libertad, igualdad y solidaridad. Surgen así nuevos antivalores fundamentados en la mentira de los poderes judiciales y en amparar delincuentes de cuello blanco, ases de la corrupción.

Apoyo tal consideración, indicó Juanita Lectora, porque aquellos políticos juegan con las emociones de los colombianos, amparados en los medios, para mantenerse en el poder. Lo aseguró Truman Capote, en A sangre fría: Pocas personas son capaces de demostrar un principio de ética común cuando su deliberación está envenenada de emociones. El ejercicio de la política cubre la cara de la realidad colombiana con mentiras para aparentar verdad, añadió Juanita, la disimulan con engaños y la disfrazan con patrañas. Olvidan que la ética unida a la política se puede convertir en una estrategia para defender la vida en todas sus manifestaciones. Los colombianos, comentó Juanita, sabrán algún día sobre la verdadera unión entre ética y política para construir normas diferentes, fundamento de una cultura nueva. Sopesó el valor del ejercicio de la ética en el apoyo político a las reformas propuestas por el actual gobierno, como soporte social válido para transformar a Colombia, porque como dijo Fernando Savater “La ética no es más que el intento racional de averiguar cómo vivir mejor.”    

El Quindiano le recomienda