Ya advertimos la importancia de ahorrar agua en tiempos de pandemia. Ahora, igual de vital es el ahorro de energía eléctrica. Nosotros los ciudadanos tenemos la obligación de asumir conductas que beneficien a la comunidad sin necesidad de que las autoridades las impongan por decreto.

Con la cuarentena que estamos viviendo debemos saber que estamos disparando el consumo de energía en nuestros hogares porque todos estamos en casa. Así que la energía que no ahorras hoy, puede ser la que le haga falta a un hospital mañana. O tal vez a su nevera, ya que los alimentos que allí tengas guardados se perderán si se va la luz.

Tampoco se ponga de exigente y pida que su ropa esté bien planchada. Los jeanes y algunas otras prendas no quedan arrugadas después del lavado. Para estar en casa hay que estar bien vestido pero de acuerdo con las circunstancias a las que nos tiene sumidos el Covid 19. Sin exagerar. La plancha consume mucha, demasiada energía.

Entonces. Las habitaciones no ocupadas deben tener el bombillo apagado. Si están viendo televisión, apaga el bombillo. Si estás leyendo puedes subir las cortinas o buscar – si lo hay – una silla con luz día. La red eléctrica del barrio o ciudad puede fallar por sobrecarga. Por un daño propio o porque a los trabajadores de la energía también los puede atacar el Coronavirus.

También para que el próximo recibo no le llegue tan caro. En un apagón se le tendrá que dar prioridad a los hospitales y clínicas, así que colabore sin que se lo tengan que imponer. No se confíe de los políticos y gobernantes porque ellos sólo llegan a tiempo para cobrar impuestos, salvar los bancos, y enviar el recibo de cobro de la energía.