La drogadicción será el problema que duré 100 años y muchos cuerpos lo resistirán. El problema de la cocaína hace mucho rato nos tiene volando. Todo mundo se le vino encima y hasta de loco acusaron al doctor Gustavo De Greiff Restrepo, cuando al ser nombrado primer fiscal general de la nación, con mezcla de hombre de leyes, pedagogo, sentido común y visión futurista dijo que el problema del narcotráfico requería de una solución integral. No metiendo a los narcos a la cárcel, ni eliminándolos en los operativos de las Fuerzas Militares y de Policía. Los periodistas que por esa época cubríamos el ente acusador en la primera sede que tuvo la entidad sobre el costado sur del Parque Nacional en Bogotá, le pedimos que nos explicara con plastilina su argumentación. Sencillo, nos miró a los reporteros y reporteras que por esa época éramos muy jóvenes. Si así seguimos y estas mismas serán las políticas estatales, cuando ustedes estén viejos y yo muerto, el asunto será peor. Dicho y hecho. No se equivocó para nada. Por el contrario, acertó con precisión nanométrica.
El doctor De Greiff, está observando desde la eternidad que no paramos bolas, ni aprendemos. Nosotros nos estamos poniendo viejos y el narcotráfico, antes que solucionarse, se complica de manera muy grave. Los que estamos de manicomio somos nosotros y los gobiernos y legisladores, de todo el mundo están con chaleco de fuerza. No saben para dónde van, ni para dónde arrastran a la sociedad. Son incompetentes que se las pican de sabios y estudiados, mientras iletrados y gamines de esquina, tipo Pablo Escobar (ayer) y Alias Otoniel (hoy), son gerentes de semejante megaindustria.
Pena debería darnos que un rufián como Úsuga, sin salir de su comarca, el Urabá antioqueño, nos haya tenido en jaque por tanto tiempo. Dicen que Otoniel es tan montañero que no conocía ni Medellín. A narco muerto o capturado, narco puesto. Aprehender o eliminar a Escobar Gaviria, al Chapo Guzmán, a Otoniel, etcétera, no elimina ni disminuye el narcotráfico. La historia que nos describió hace 30 años el fiscal De Greiff, todos los días la repetimos y nos tiene de manicomio porque los hombres somos los únicos animales que tropezamos varias veces con la misma piedra.
Llevamos cincuenta años luchando contra las drogas y no hemos encontrado la medicina que rebaje el mal. ¿Cuántos Otonieles aparecerán para heredar su imperio? La fila es larga porque chiquitos malos hay muchos. Considero que la legalización tampoco es la salida porque son muchas las actividades que intervienen en la cadena de suministro que ni siquiera la pandemia del COVID 19 logró frenar.
Hay escasez de ropa, comida, medicinas y dinero, pero abundancia de drogas ilícitas, con un fenómeno del mercado, siempre más caras. Si nos apoyamos en que se deben legalizar porque no hemos podido derrotarlas, alguien dirá que el homicidio y la corrupción también hay que legalizarlos porque no fuimos capaces de eliminarlos.