Álvaro Ayala Tamayo
Se habla todos estos días sobre negociaciones para acordar el nuevo salario mínimo de los colombianos. A veces se logra en la mesa y otras por decreto. ¡Pero se concreta!
Lo triste del trascendental episodio es que, nunca gobierno, sindicatos y empresarios negocian para buscarles trabajo a los informales y desempleados.
En este gobierno de izquierda también se está perdiendo esa oportunidad. Por lo visto, será otro cuatrienio fallido.
Siempre a favor de los que tienen, nunca para los desposeídos.
A los empresarios no se les puede culpar porque bastantes dificultades tienen para cumplir con la nómina, el 30 de cada mes. Además, los ven como los malos de la ecuación.
Solo quien ha sido empleador sabe la taquicardia que se siente cuando se acerca el fin de mes. Y cuando las ventas están malas o un cliente falla, los esfínteres se contraen al pedir un crédito en el banco con los descomunales intereses de hoy.
Es difícil llegar a un acuerdo, en ese sentido, con la ministra de trabajo, Gloria Inés Ramírez.
Su misión, por los millones de pesos que cobra de salario, es crear oportunidades y condiciones para que los empresarios generen empleos.
Subir 20 % el salario mínimo es ponerse del lado de los trabajadores y alargar los problemas un año más. Finalmente subieron el 16%, pero da igual.
En febrero ese incremento ya se habrá perdido y los empresarios se quedan eternamente con el problema.
OTRA. Cuando los seres humanos nos levantamos en la mañana, la Tierra llora de susto al vernos depredando el medio ambiente.