El presidente Gustavo
Álvaro Ayala Tamayo
Petro es el único fracasado que quiere repetir. En la próxima contienda electoral buscará que la gente vote por la izquierda porque su Pacto Histórico fue incapaz. El cuentico que cuatro años es muy poco y que su negligencia se resuelve con una constituyente, es disculpa barata.
Nada le gusta y con todos se pelea. Los caficultores producen café, mientras las vacas leche y dinero para las carreteras paisas. El jefe de Estado tampoco quiere ese pintadito. No le gusta con pandeyuca, ni con pandequeso y menos con arepa, como disfrutamos los paisas. Cuando enfrente a los harineros dirá que el pan engorda.
Intenta destruir los emprendimientos geniales, como la vaca antioqueña para financiar la crisis de las vías 4G. La maquinaria amarilla y el asfalto no se ven por Antioquia, ni por la costa, tampoco por el Valle, los Santanderes o Nariño. Tal vez los contratos los está perfeccionando el tristemente célebre Olmedo López. Después del programa carrotanques de agua para la sed de la Guajira, vienen las aplanadoras para las 4G.
Igualmente, se la pasa endulzando el tinto con sal, cuando se sube a cualquier tarima para desprestigiar y deslegitimar a los cafeteros colombianos. El principal punto de apoyo de la economía verde es el café. No es un negocio de ricos el cultivo del grano, como sostiene, sin pruebas, el primer mandatario. Son miles de familias las que lo producen.
El gremio cafetero benefició primero y nombró representante propio, para impedir que Petro y su olla, se dedicaran a cambiar la bebida por la fumada. Café por marihuana, como les gusta a los izquierdos, y entre más biche mejor.
Aplicando los principios marxistas-leninistas, el jefe de Estado se quiere oponer a la iniciativa ciudadana y la propiedad privada. Todo para desviar la atención cuando Iván mordisco lo metió en su nómina.
Petro el matemático va para dos años de gobierno. Comenzó a construir la casa por el techo, se quedó sin cimientos hasta que se le cayó. Ojalá la alfajía le pegue suave y le despierte el sentido común, el menos común de su gobierno, y construya sobre lo construido. Primero las vigas y columnas, después las paredes, dice Bob el Constructor. Manos a la obra para evitar que la presidencia sea un muñeco.
Nadie lo quiere humillar pidiéndole que presente disculpas. Rectifique con obras para que toda Colombia gane.