EL VALOR DE UNA RESERVACION DE HOTEL

26 diciembre 2021 10:42 pm

Compartir:

Por Iván Restrepo

Para poderse cumplir la profecía del nacimiento de Jesús en Belén, José y María –con nueve meses de embarazo- tuvieron que emprender un penoso viaje de 156 kilómetros aproximadamente, en el cual, los célebres viajeros debieron afrontar un penoso periplo entre su lugar de residencia Nazaret, con destino a Belén, este último el lugar asignado por los romanos para llevar a cabo el censo o empadronamiento.

Amigo lector, tenga como referencia estas medidas: una milla romana son 1.480 metros, una legua 5.572 metros y el promedio para un día de viaje para esos momentos, a las medidas de hoy eran 32 kilómetros aproximadamente, o sea que este viaje pudo fácilmente haberse hecho en unos 5-6 días aproximadamente. 

“Y tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me nacerá el que debe gobernar a Israel” Escribe al respecto el profeta Miqueas (Miqueas 5,1). Recordemos que José era de Judea, y que la familia vivía en Nazaret, al norte de Galilea, cuando María quedó encinta de Jesús, según lo relata Lucas en su evangelio.

No es posible encontrar en los evangelios referencia alguna sobre los medios de transporte utilizados por la célebre pareja pero no es difícil deducir que, para un viaje de esta magnitud, el asno de la célebre imagen venía con ellos para aliviar la carga de los alimentos y utensilios para el viaje y para cargar a María, aliviándola del cansancio de sus 9 meses de embarazo. Es probable que debieron haber tenido que dormir en el camino, bajo las estrellas o en las posadas del camino.

La Hotelería como la conocemos hoy no se había desarrollado, y era una costumbre dar posada al peregrino, como lo rezan las sagradas obras de misericordia. El concepto de “Pague por Dormir” viene a conocerse más o menos a partir del medioevo, a través de los conceptos de los albergues, posadas, y  obvio, el alojamiento en las casas de familia en donde deja mucho que desear el aseo y la higiene de las mismas. El concepto de un alojamiento más acorde con lo que conocemos hoy en día era privilegio de los nobles.

Desde mis años de niño siempre me llamó la atención esa imagen que se quedó en nuestra mente y que nos ha acompañado “Per Secula Seculorum”: María, José, un asno un buey, unas ovejas, todos ellos asiduos residentes del establo y por último, el Niño Dios acostado encima de las pajas del comedero de los animales en el establo. Ahora bien, no es que la sagrada familia no tuviera recursos para haberse alojado en un sitio mejor, es que no había dónde, ya toda la capacidad de  alojamiento estaba copada por otros viajeros que tuvieron la previsión de viajar con una mayor antelación y así poder tener la libertad de escoger en dónde dormir. Lamentablemente José y María no llegaron a tiempo, y de la misma forma que sucede hoy les pasó lo que a aquellos que llegan a un gran evento de cubrimiento global y les toca dormir en un motel por horas, en una iglesia, en un parque, en el carro o en sitios similares. Tengamos en cuenta que hoy el alojamiento en una casa de familia es posible a través de las plataformas dispuestas para ellos: Airbnb, Couchsurfing, Homeaway, etc. pero con la gran diferencia que en la época de Jesús no había que pagar.

Del anterior relato se puede deducir la importancia que tiene reservar con antelación, máxime cuando es para una época de alta demanda.

Feliz Navidad y Venturoso año nuevo para todos ustedes mis queridos lectores; ¡ah! Y no se olviden de reservar con la debida antelación.

Hasta la próxima,

[email protected]

 

El Quindiano le recomienda