POR UN MODELO DE TURISMO DIFERENTE

20 febrero 2022 11:52 pm

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Por Iván Restrepo

Hace cosa de unos días, circuló por las redes sociales y por medios de alta credibilidad incluido este, un artículo, muy bien escrito por Oscar Alberto Montoya Jaramillo al cual le puso por título: “NI TAN PARAISO NI TAN VERDE”. Por lo que se puede percibir, puso el dedo en la llaga y más de uno en el Quindío se dio por aludido. Es mi afán hoy, salir en defensa del turismo a nivel general, como ese sector de la economía que ha servido para redimir destinos, otrora golpeados por guerras, desastres naturales y hasta perversas pandemias como esta que nos ha tocado soportar por estas calendas. Estoy de acuerdo con Oscar Alberto, el manejo que se le ha dado al turismo en nuestra región dista mucho de ser el más adecuado; hasta la fecha, luego de 25 años aproximadamente de estar en estas bregas de recibir visitantes, es mucho lo que tenemos por mejorar; ahora bien y para consuelo de todos, podría afirmar, sin temor a equivocarme que los grandes destinos turísticos del mundo han pasado por las mismas, inclusive, muchos en situaciones más críticas que la nuestra.

Un turismo bien enfocado, sustentado en los pilares que queremos para nuestra región: naturaleza, eco amigable, sostenible, sustentable, experiencial, es altamente provechoso, pero, efectivamente, hay que darle un giro lo más rápido posible so pena de quedarnos para seguir recogiendo la basura nos dejan tirada a la vera de los hermosos caminos, para limpiar las calles de nuestros pueblos y no tener en cuenta la enorme huella de carbono causada por este turismo masivo/perverso; el hotelero que en su afán de “vender”, ofrece un alojamiento por $35.000 con desayuno incluido, para luego, cuando lleguen las cuentas de los servicios de las tasas e impuestos, de los proveedores, se dé cuenta que (perdón por la redundancia), las cuentas no le cuadran; todo lo anterior por desconocimiento del negocio.

El caso de algunos municipios como Salento, Filandia, Circasia, Pijao entre otros, es provechoso analizarlo desde muchas aristas; recibe visitantes y turistas desconociendo capacidades de carga, no segmentan las temporadas a través de la variable precios; en otros destinos el manejo de los precios es diferente en alta y en baje temporada, pongo el ejemplo de un hotel de Cartagena que en la alta vale $500.000 y en la baja, la misma habitación se consigue por la mitad; promociones de platos de comida 2×1; un pasaje Armenia – Cartagena por $180.000 en baja temporada y la misma silla,  $600.000 en la alta.

Ya va siendo hora de retomar el camino que nos conduzca hacia la anhelada PAZ para venderla al mundo; tan bien que veníamos hasta el día en que a unos cuantos personajes les dio por revolver todo y querer “hacer trizas los acuerdos” ya logrados entre las partes. Otra vez, Colombia encabeza las listas de los países con los famosos TRAVEL WARNINGS o mejor,  LAS RESTRICCIONES DE VIAJE por causa de la violencia; ¿hasta cuándo? En el momento en que salgamos de este modelo, volver a estar en la mira como el hermoso país de la biodiversidad, de la tierra del ENCANTO. El mundo del turismo necesita a Colombia; hoy veo un artículo en donde nos mencionan como el quinto país más atractivo para vivir como pensionado.

Cuando logremos llegar a una ocupación de 60% acumulada al año, contrario al 35% actual, podremos tener solucionado en parte el problema del desempleo, sino que lo digan mis colegas del turismo regional cómo se vieron calzas prietas para conseguir mano de obra en los días de la pasada alta temporada.

 

Conozco destinos del mundo cuya dependencia del turismo está por encima del 90%, con ocupaciones acumulado año de 80% y más; no nos vayamos tan lejos, las islas del Caribe cuya población goza de altos niveles de vida, todo gracias a la industria de los viajes.

Hasta la próxima.                                                               

 

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