Abundancia de escasez

28 febrero 2018 10:45 pm
Compartir:

Dicen las noticias internacionales que la semana pasada en Venezuela, los católicos asistentes a los templos en el estado de Mérida comulgaron “de mentiras” por falta de harina de trigo para hacer las hostias. No sé qué tan grave parezca la noticia a los lectores, pero para quienes profesan el culto católico si debe ser extremadamente grave, teniendo en cuenta que en la hostia está la presencia del Señor, en su cuerpo y en su sangre y esa es la espiritualidad llevada a la verdad, según los creyentes de Jesús. La comunión de “mentiras” consistió en que el sacerdote pidió el favor a los feligreses de “imaginarse” recibiendo la hostia que contiene semejante regalazo de quien iba a ser crucificado.

Tampoco se consiguen la leche en polvo, la margarina, el azúcar, el aceite de maíz, el queso amarillo, el pan, las pastas para sopa, el café, la mayonesa, los granos, el arroz, las lentejas, el maíz, el trigo, la arveja y muchos alimentos que representan el 24% de la canasta básica familiar de los sufridos amigos limítrofes.

Cada vez que nos enteramos de estas noticias me preocupa la falta de preocupación de los colombianos en estos aspectos.

Dentro de pocos días nos aprestamos a elegir a las personas que hacen las leyes, leyes que generalmente no sirven para nada, ejemplo prohibir la venta de cigarrillos en los puestos de dulces, ejemplo decreto de honores para cualquiera, ejemplo no vender bebidas alcohólicas a menores de edad, normas que con poco estudio generalmente son aprobadas “como símbolo de la dedicación, la responsabilidad, el compromiso y el patriotismo de quienes son elegidos”. Normas que hacen quienes no saben para qué sirven o normas que permiten al delincuente salir rápido después de haber desfalcado a este país o normas que facilitan el manejo o direccionamiento de los recursos públicos por quienes son elegidos.

Quería decirles hoy que muchos de ustedes o nosotros están o estamos tranquilos pese a estar informados lo que pasa donde nuestros vecinos venezolanos, pensando que aquí en Colombia no falta nada.

Ahora miremos qué falta en Colombia, por si no lo saben:

Falta autoridad para hacer cumplir las leyes, faltan jueces que apliquen las normas de manera ejemplar y no laxa, faltan controles de los guardas de tránsito en las vías, faltan policías que arresten a los bandidos, falta detener a los que van en contravía en las bicicletas, faltan profesores que enseñen educación cívica, faltan padres que enseñen ética, faltan alcaldes que hagan trabajar a los funcionarios, falta autoridad para dirigir consejos de gobierno, falta autoridad a los gobernantes para ordenar porque no tienen idea de la administración pública o saben nada o no saben dirigir, falta un presidente con pantalones para manejar el orden público, falta un presidente que dirija al país en todas sus circunstancias y necesidades, faltan policías en las calles, falta una mejor prestación de salud, falta una buena educación para los niños, falta lectura, falta buena ortografía, faltan cárceles para meter tanto delincuente, faltan alcaldes y gobernadores honestos y pulcros, falta agilidad en los procesos judiciales, faltan jueces que hagan cumplir los desacatos, faltan mejores salarios para los pobres, falta vivienda digna para los verdaderamente necesitados, falta acabar con tanto peaje en las carreteras, falta que rebaje la gasolina, faltan más restaurantes escolares, falta educación universitaria para los pobres, faltan mejores investigaciones en la Procuraduría, falta auditoría a los despachos públicos, faltan 160 días para que se vaya Santos (ya casi), faltan funcionarios inmaculados y en fin, falta que nosotros realmente elijamos a los que sirven, porque visto está que siempre elegimos a los que no sirven.

Escribiendo que “siempre elegimos a los que no sirven”, recuerdo a una amiga bogotana que ante mi quejadera un día me preguntó que “por qué los hombres siempre escogemos a una mujer que alega y que por qué no somos capaces de escoger a una que no alegue”.

Generalmente no acertamos al elegir al gobernante o congresista que no sirve y a la mujer que no alega.

Estoy aterrado pues de la escasez que hay en Colombia y nadie dice nada o todos como si nada faltara. Y eso que solamente estamos hablando de las elecciones al Congreso para representantes a la Cámara o para el Senado.

Ya vienen las presidenciales y ahí sí que vamos a notar otra falta, la falta de preparación de la mayoría de los candidatos, casi todos vendiendo humo pues pocos son los que concretan asuntos que de verdad interesen al país como sociedad.

Menos mal todavía se consigue papel higiénico en Colombia. Pasadas las próximas elecciones y dependiendo del susto que nos causen los elegidos conoceremos de verdad cuántos rollos vamos a necesitar.

 

El Quindiano le recomienda