Las de hoy son las parlamentarias más importantes en décadas. En tanto que se convirtieron unas elecciones sistema anti sistema, lo que se juega es el modelo de sistema político y de economía que queremos para Colombia. No es solo una disputa entre el establecimiento y el anti establecimiento, como algunos quieren simplificar, sino una entre libertad y represión, entre democracia y autoritarismo, entre economía de libre mercado y socialismo. Es la reforma o la revolución, aunque sea maquillada. No son solo énfasis, ajustes, cambios, lo que se juega acá, son visiones radicalmente opuestas de país.
Por tanto, no se elige solo unos congresistas más de distintos partidos sino a quienes serán la columna vertebral de la bancada legislativa del nuevo gobierno o, si el desastre de una victoria de la izquierda ocurriera, a quienes serían la última trinchera de defensa de la democracia republicana frente a la pretensión autoritaria que se encuentra agazapada en la propuesta de Petro de convocar a una constituyente.
Además, de hecho hoy es la primera vuelta de las presidenciales. La izquierda elegirá a Petro como su candidato en la consulta con Caicedo que, en realidad, no está compitiendo sino posicionando su candidatura a la gobernación del Magdalena. Y en la gran consulta por Colombia se elegirá a quien lo enfrente. Hay quienes están convencidos de que terceros interferirán en esos comicios. Es el riesgo de las consultas y en algunos casos es determinante, como ocurrió, por ejemplo, en la que enfrentó a Arias y Sanín. Pero no parece que en esta ocasión vaya a ocurrir. La izquierda no meterá la mano porque necesita una copiosa votación por Petro si no quiere que esa candidatura se desinfle. Cambio Radical tampoco participará, porque no puede alterar el resultado y solo fortalecería al ganador de la consulta de la alianza. Los conservadores se repartirán entre los tres. Liberales y de la U no tienen incentivo para jugársela y, si lo hacen apoyarían a Duque, con quien tienen más afinidades y quien, en todo caso, desde ya se perfila como un amplio ganador.
En fin, en las consultas de este domingo se elegirá a quienes con toda probabilidad serán los candidatos de la segunda vuelta. Alguien dirá que descarto muy rápido a Fajardo y a Vargas Lleras. Fajardo solo puede renacer si a Petro le va muy mal en su consulta. Una votación raquítica pincharía el globo y devolvería a Fajardo al juego. No es previsible. Y Vargas Lleras tienen grandes virtudes, conoce como pocos el país y el Estado, tiene una sólida propuesta programática y es muy buen ejecutor. Pero al mismo tiempo encarna también los defectos del establecimiento: bogotano rancio, nieto de expresidente, manzanillo por excelencia, sin límites al hacer alianzas políticas, y torpe en el trato del ciudadano de a pie. Recibirá un impulso porque Cambio Radical será el partido que porcentualmente más crezca, pero no será suficiente como para competirle a Iván Duque, excepto que el resultado de la gran consulta sea raquítico o que al Centro Democrático (CD) no le vaya bien en las parlamentarias.
Sin embargo, puede ocurrir lo contrario: que Duque barra y que el CD, que debería ser el partido más votado, crezca de manera importante. El CD cuenta a su favor con la apertura de las listas, que puso a todos los candidatos a trabajar para asegurar el éxito de sus candidaturas y eliminó la tentación de colgarse de la fuerza de Álvaro Uribe, con que los ciudadanos lo identifican como el único partido de oposición frente a un gobierno muy desprestigiado, y con el trabajo político hecho el año pasado durante el ejercicio de las precandidaturas. Y sobre todo con la coherencia de sus posturas de rechazo al régimen chavista y el socialismo y la defensa de la democracia republicana y la economía de libre mercado con énfasis en los más necesitados. Economía cristiana, la llama Álvaro Uribe. Yo digo capitalismo popular.
Para los ciudadanos, el Centro Democrático e Iván Duque son los mejor posicionados tanto para enfrentar a Petro como para devolverle la esperanza a todos los colombianos. Duque vs Petro, democracia vs totalitarismo, capitalismo popular vs socialismo, segunda vuelta del 2018.