Por Manuel Gómez Sabogal
Honestamente, no sé cómo quede hilada esta nota, pero me sale del corazón.
“¿Qué es virtualidad?” Preguntó el niño muchas veces. La explicación que le dieron lo dejó en ascuas, pues ni tenía computador.
Imagino el sufrimiento de los padres y los diálogos que hubo al interior de ese hogar en el cual no había los medios suficientes para que los niños no perdieran tiempo y lo peor, el año.
¿Cómo va todo, hijo?
Bien, papá, pero la profesora dijo que seguíamos en virtualidad.
¿Eso qué es?
No sé papá porque no entendí. No tengo computador, ni internet y no conozco a que se refiere con una clase virtual.
Y al final del año, lo peor. Perdió el año, porque el 80% del mismo, todo fue virtual. La profesora le informó al niño y a sus padres que no había pasado.
Sigo sin entender. Porque a estas alturas, hay tanto niños y jóvenes que carecen de los recursos necesarios para poder conectarse a las clases virtuales. En muchos hogares, los padres no tienen un empleo y si acaso, cada uno tiene un celular que deben recargar a diario y poner los famosos datos para que sus hijos puedan asistir a las sesiones.
Nadie sabe los sacrificios de muchos padres y niños o jóvenes para lograr salir adelante en sus estudios.
Ahora bien, ¿qué pasa con aquellos niños o jóvenes que no tienen un hogar, sino que viven con sus abuelos o un tío? ¿Cuántos hay que no pueden vivir normalmente? ¿O los sacrificios de los abuelos cuidando los nietos mientras sus padres van a un trabajo?
¿Cuántos deben trabajar con salario rebajado, porque la empresa o el negocio donde laboran puede cerrarse?
Conozco casos como el de una madre está sola con tres hijos de 14, 11 y 9 años. Debe trabajar y deja a dos de ellos en casa mientras sale con uno a recorrer las calles para vender bolsas.
No pueden estudiar, porque no tiene cómo pagarles un bus. Sus recorridos son demasiado largos y en algunos casos, llega con poco dinero para comprarles algo de comer a sus muchachos.
Una joven mujer que se dedica a otros oficios para poder mantener a su hija de seis años. Vive, además con su madre. Su niña no puede estudiar.
En esta época de encierro, de cuidados o se cuidan los hijos o se tiene un empleo. Así de sencillo y de estudio, ni hablar.
Muchas mujeres han perdido sus empleos porque deben cuidar a sus hijos
Que me disculpen los sabios de la educación, pero la situación ha estado muy grave. ¿Cuántos padres y madres están ya desgastados, haciendo cualquier trabajo para llevar un pan?
¿Qué pasa con los niños que no pueden aprender de forma virtual? ¿Qué pasa con los niños que necesitan servicios vinculados a las escuelas?
¿Cómo le consiguen un computador a un niño, si deben alimentarlo primero?
¿En qué condiciones académicas salieron los bachilleres 2020?
¿Qué pasa al interior de muchos hogares? Nadie lo sabe, pero…
