Carlos Alberto Agudelo Arcila

MILLONES de seres humanos hacen fila, en la única tumba abierta del cementerio de mi pueblo, a la espera de su razón de ser.

EN la sombra del ahorcado germinan vientos de hojas secas.            

GEOMETRÍA perfecta proyecta la luna despedazada, en aguas de estanques del orbe.

HORMIGAS, recién lamidas por el oso hormiguero, saltan hasta el punto final de un cuento surrealista.

PUNTOS suspensivos, dejan ver el lado triste del sendero donde Miguel Hernández pasea por penúltima vez su rebaño. Acontecer de El silbo vulnerado, del Caballo verde para la Poesía, de El rayo que no cesa. Verbos de inauditos aromas apaciguan el postrero grito de dolor. Un Dos por tres se arrodilla al borde de la palabra deslumbrante. Acontecer poético y de beligerancia devastadora cae al abismo del silencio final.     

NARRA “con pelos y señales”, la desventura del piojo en la cabeza del hombre calvo.

EL azul lejano de la gota de agua se divisa a través del mirar pensativo del búho.

NAVEGA en el vacío de sí misma, la palabra imposible de pronunciar.

MIRAR con gafas oscuras la medianoche solar, ir con firmeza entre malezas anochecidas.

REPARTIR por partes iguales pasteles de sombras, en la fiesta de los fantasmas.

CORTARLE al limón solo su ácido.

VENDEN, a precio justo, fatigas del halcón peregrino.

MIEL para endulzar oídos de malhechores…

SE oye música de sabia del ébano, con la cual se va a construir el clarinete.

SOMBRAS huérfanas desenmascaran el misterio “del por qué la llave perdida” …

ERRORES metafísicos se ocultan en la paradoja del número exacto.

UN destello le revela a Óscar Wilde el origen del fantasma de Canterville, mientras las flores se extienden hasta el final de la sangre.

DERRIBA portones del mundo, el escarabajo de la Metamorfosis…

LAVA la mala suerte en lo más profundo del océano, sin respiración artificial alguna.

EXTRAÑA la mosca muerta, a causa de un manotazo suyo.