Carlos Alberto Agudelo Arcila
A través de la ilusión acústica, se escuchan murmullos humedecidos de lejano azul.
A lomo de viento la lluvia macondiana.
Lunes prehistórico se filtra en el jarro con grietas.
En el fondo del espejo, buitres observan dinosaurios moribundos.
Sobrelleva, en la punta de la lengua, la última partícula del ayer.
Árbol histórico sombrea el azul del firmamento.
Ondean banderas carnales en la oscuridad.
Bacterias con seguro de vida inmortal.
En una historia apócrifa, Nerón se propuso mirar, durante siete días seguidos, sin parpadear, una vela encendida para salvar a Roma, solo lo hizo hasta la noche sexta.
El conejo de la buena suerte verifica el color espiritual de la rosa blanca.
Escorias, sonámbulos y arcángeles en el perímetro del azafrán.
Corre bajo el ala derecha del halcón en vuelo, para fortalecer su espíritu…
Pintan de negro el pueblo de los fantasmas, para darle un toque digno al paisaje
Verde se amarilla, cuando una hermosa mujer madura pasa a su lado.
De alcanfor se impregnó el saco del hombre invisible.
Espantapájaros sueñan noches vampíricas.
El ave muerta dejó sombras de vuelo en el viento.
Pulga tiene como mascota a un perro de alto linaje.
Montaña en busca del hombre mediocre, al otro lado de la planicie.
Cerró puertas y ventanas a la vejez.
Un estegosaurio, atrapado en una telaraña de un hospital, se le olvidó escribir Breton.
Ahuyenta el gris a la primera piedra, de quien esté libre de pecado….
*Del libro inédito Esta sombra de festín.