DESENTRAÑISMOS SURREALES III

29 enero 2024 3:22 am

Compartir:

Carlos Alberto Agudelo Arcila

EL ABRIR y cerrar de la bisagra oxidada lo convirtió en un ser espiritual. 

EL CLIMA surrealista le da vida a la cebolla marchita en la mesa.

ANTE LA mirada incrédula del pájaro carpintero, con su ala derecha el azulejo golpea, sin compasión, un meteorito en el aire. 

A través de su constante perfeccionamiento aspira llegar al punto de la i.

CONFUNDE EL árbol veloz, visto a través de la ventanilla del auto, con el ciclista en la carretera. 

Lo más íntimo de la palabra, pronto a desnudarse en el papel por escribirse. 

TESTÍCULOS CONTRIBUYEN a concretar la ansiedad de cierto encuentro. 

 

MÁS DE una persona melancólica le produce pensamientos libidinosos. 

SUS HUELLAS resaltan codicias.

MALIGNIDAD LACERADA por su propia sombra. 

LA LUNA oculta atajos en tinieblas.

BRIZNAS DE pasto se vuelven piedras, en manos de un hombre y una mujer al iniciar su odio mutuo.

PROPOSICIONES AMOROSAS le germinan luminiscencia a la oscuridad.

SE SANGRIENTA de sol el hacha al hundirse en el roble.

CABALLO HUYE con el palacio municipal a cuestas. 

SEMILLAS FISGONEAN el funeral del anturio negro.

ROCÍO Y gotas de mar y bebidas medicinales en el desierto, donde se hace realidad el espejismo. 

TALADRA TINIEBLAS desde la perspectiva del tiempo perdido.

EN EL tanque de reserva sombras de agua.

SIEMPRE A la misma hora el mutismo de los cristales. 

 

El Quindiano le recomienda