TANTO POR leer. Tanto por no escribir… y el mundo ahí, caparazón donde palpita el humano sin saber dónde llegar. 

ME QUEDA un recelo metafísico, respecto al porqué no nací junto a las tumbas mitológicas de Adán y Eva. 

EL TIEMPO infinito comprime nuestro acontecer. El tiempo infinito devasta hasta algún día dejarnos en “polvo eres…”.

ESTAR ACÁ, mucho más acá de nuestra propia nada.

RESCOLDO PSICOLÓGICO de mí mismo, diluido por el universo.  

ESE YO paralelo dónde me habita. Quizá, mi otro yo en este momento algo me dice. De pronto, nuestros ecos se identifiquen entre sí cuando el aire se parta en dos, mientras nos extasíe el humo de los tintos.  

APENAS PERCIBO algo de mi sangre, de mis entrañas, de mis pasos inconclusos, de mi decir incierto. Solo en el laboratorio clínico son expertos en saber de mí mismo, también murmuraciones desde ventanales del entorno.  

SOMOS CARNE Y hueso palpable en la hondura del espejo.

CUÁNTAS ESCABROSIDADES sortea el espíritu para lograr posarse en el cuerpo humano…

EN MIS labios se pudre la palabra odio.   

ENCONTRAR UNA respuesta, no importa cuál ni sobre qué. Una respuesta, como si fuera una camisa ideal para vestir el cadáver de un intelectual.

ARROJARSE AL precipicio, con similar fuerza al lanzar una piedra hacia el firmamento.

TENDER LA cama con pasión, igual a cuando el escritor desempeña con talento su carpintería literaria.

LA MUERTE, no puede negarles a ciertos seres humanos su derecho a no querer vivir.

ESE BARNIZ, oscuro e indeterminable, por donde se desliza la vida hasta conducirla a un fondo sin fin.

DE LA tempestad, siempre rescato algunas goteras en el balde y su música al tocar el aluminio, así mi existencia.

ES UN acto de urbanidad, con uno mismo, tener una opinión simiesca de nuestro rostro cuando se refleja en…

LAS AVES en la torre de Babel, se entendieron en su mismo idioma.

ARTICULAR LA inmoralidad en un lenguaje críptico, al grado de no poderse censurar.

¡CÓMO cambiaría el mundo si la B de burro dejara de ser ese burro en la política