Señor Nicolás:
Reciba un cordial saludo de parte de millones y "millonas" de colombianos; después de este corto saludo paso a decirle lo siguiente:
En primer lugar, como no le tengo confianza le seguiré diciendo don Nicolás; me parece irrespetuoso decirle Maduro o Doctor, pues no me han contado que usted lo sea, aunque aquí en Colombia le decimos doctor a todo el mundo, más por familiaridad que por respeto; por ejemplo, si usted tiene carro, ya es doctor o si trabaja con el Estado, simplemente, se le dice Honorable Doctor.
Segundo, voy a utilizar algunas de las palabras que emplea usted en su lenguaje coloquial para que nos entendamos con mayor facilidad; no crea lo que digan sus críticos cuando afirman que tiene desaciertos en la utilización de la lengua de Cervantes (el escritor, no el boxeador colombiano).
Sé que usted "se siente orgulloso de la pretendida sanción que le ha impuesto Mr. emperator, Donald Trump", pero no sea tan optimista, porque "hay una mitad mayoritaria que lo apoya, mientras la otra mitad, minoritaria" lo aborrece y quiere que se vaya de Venezuela; debe prestarle atención a esta última, pues tiene razón; un 50% minoritario es más que suficiente para tumbar a un dictador como usted; como el comandante "Chávez se le aparece en forma de pajarito, pídale consejos y la bendición"; así su viaje será menos traumático.
Generalmente, "los extranjeros que nos atacan son de otro país", pero nuestros hermanos venezolanos jamás lo harían; estoy seguro de que usted y los que lo acompañan allá arriba atizan mucho la llama para entretener o hipnotizar al pueblo; cálmese, por favor y piense en un mar tranquilo, como el que "marca límites entre Venezuela y Portugal", respire varias veces antes de empezar a gritar, de lo contrario, seguirá diciendo: "Ustedes saben que como digo una cosa, digo otra"; le pido prudencia antes de hablar si no quiere estar "a contrapelo de los encuestólogos".
Don Nicolás, no le parece "demasiada coincidencia que maten personas en una manifestación y al día siguiente estén muertas?". No es necesario matar a los conciudadanos cuando expresan su sentir; la sangre de los venezolanos no puede correr por las calles de Caracas; esto "sería un autosuicidio colectivo" y se agrandarían los problemas y sufrimientos del pueblo que sueña con una patria libre y respetada. Así como "Simón Bolívar quedó huérfano de esposa", muchas personas van a quedar sin padres, hermanos y amigos; se va a quedar sólo y no habrá quien le ayude a entregar los "libros y libras para los escolares"; recuerde que hay 35 millones y millonas de venezolanos y sólo la educación hará posible que los "territorios del Alba estén libres de alfabetismo".
Así como "Cristo multiplicó los penes", usted, señor presidente, "no debe dudar ni un milímetro de segundo"; es indispensable que multiplique "las 35 horas del día" para pensar en los que tienen hambre; permita que "la mayoría de las importaciones vengan de fuera del país"; imagínese el futuro de una nación sin papel higiénico; así será Venezuela si las cosas no cambian.
Si "los capitalistas roban y especulan como nosotros", entonces, en quién vamos a creer? O es que "Vos no S.O.S Venezuela?". Este es el momento para llevar la corrupción a su justa medida, dejar de repartir petróleo por todas partes para conseguir apoyo en el exterior y promover el desarrollo que necesita su pueblo. Don Nico, no se ponga a jugar con moneditas de internet, o es que se "quedó pegado en la Guerra Fría del año 1715?". Una cosa es un bus de servicio público y otra, el Estado que usted dirige.
Señor don Nicolás, ya me dirá que "descubrí una aguja en un panal" con mis quejas y solicitudes, "pero uno, a veces, se da cuenta de que es uno mismo cuando se mira al espejo". Luche por el futuro, "porque si se muere ha perdido una parte muy importante de su vida". Eso no lo quiero yo; deseo escuchar todos los días sus discursos con ese español gracioso, puro y musical.
Millones y millonas de recuerdos.
