¿San Valentín o San Amantín?

15 febrero 2018 3:10 am
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En el siglo III , el emperador Claudio II -Marco Aurelio Valerio Claudio Augusto Gótico- sentenció a muerte al sacerdote Valentín el 14 de febrero del año 270 por casar parejas de enamorados jóvenes, sabiendo que era prohibido; no sé si en ese momento las parejas se casaban por exigencia, conveniencia, recomendación o amor, lo cierto es que esta fecha se conmemora como día de Valentín, de San Valentín o de los enamorados, posiblemente, algunos la enuncien como día del Amor y la Amistad, pero en otras latitudes.

Lo que sí se sabe con precisión es que la susodicha celebración se empezó a comercializar en Estados Unidos en el año 1840; allí se inventaron las tarjetas pequeñas para expresar este sentimiento, como también, regalos con tintes verdaderamente creativos. La cosa fue progresando, los regalos se agrandaron y se volvieron casi una obligación para los enamorados y amigos.

Un momento estelar está constituido por la época en que se empezó a enviar ramilletes de flores, lo que ha traído como consecuencia el desarrollo de la industria florícola. Colombia ha salido favorecida con esta costumbre desde el año 1969. Según la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores, Asocolflores, nuestro país exportó US$785 millones en flores al mundo en el primer semestre del año 2017, equivalente a 129.000 toneladas, una cantidad no despreciable que va a parar a Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Alemania, Japón y Canadá; considero importante recordar que las cajas que contienen esta lisonja huelen a clavel, crisantemo y rosas.

A propósito, les ruego a los comerciantes que no nos pongan a celebrar esta festividad dos veces al año, pues vivimos en Colombia y el bolsillo no da para tanto; el 14 de febrero para los gringos y los ingleses y el tercer sábado de septiembre para nosotros -Día del amor, inicialmente y, luego, día del Amor y la Amistad, para incrementar las ventas-.

A guisa de información y para "aumentar la cultura general" -como decía mi maestra de tercer grado- en la clandestinidad, desde Europa hasta Latinoamérica, se ha designado el 13 de febrero como el día de los amantes; los infieles suelen dedicarle este día a su segunda pareja -la no formal, la sin papeles, la no reconocida u oculta para la sociedad, la tiniebla- ante la dificultad para compartir en la fecha establecida oficialmente para las parejas, adelantándose así a la celebración; así las cosas, ya no se trata de San Valentín, sino de San Amantín; en esta celebración no abundan los peluches gigantes, las flores, los chocolates grandes ni las serenatas, pero sí, los mensajes por la red y los encuentros furtivos. Algunos mojigatos se van a tapar la boca con mi afirmación: No es justo que los amores furtivos se queden sin celebración, ellos también sienten y sufren como los demás mortales. Creo que algunos lectores llevan en el pecho este taco. Me hago una pregunta: ¿tiene la sociedad algún argumento lógico para prohibirlos o reglamentarlos?

San Amantín, líbranos de las malas lenguas y de las personas de doble moral.

 

ADENDA

Al momento de terminar la columna me entero del tiroteo en una escuela de Parkland, Estados Unidos. Paz en la tumba de las víctimas. No es posible que una persona compre más fácilmente un arma que un medicamento. Sigue valorándose más el capital de la industria armamentística que la vida de los ciudadanos.

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