Como en Colombia hay tantos "críticos" literarios y conocedores de la obra de García Márquez, pido permiso para hacer alusión al realismo mágico, pero insistiendo en que don Gabriel no fue el fundador o pionero de este movimiento literario; lo precedieron otros, como Horacio Quiroga, Miguel Ángel Asturias, Juan Rulfo, Arturo Uslar, etc.; voy a tomar dos características de esta corriente, pero como pretexto para analizar algunos eventos de nuestra cotidianidad nacional:
1. Contenido de elementos mágicos/fantásticos, percibidos por los personajes como parte de la "normalidad".
2. Los hechos son reales, pero tienen una connotación fantástica, ya que algunos no tienen explicación, o es muy improbable que ocurran.
En nuestra tierra colombiana se presentan y se viven hechos reales, pero como sacados de la chistera de un mago o el bolsillo de un payaso de fiesta infantil; superan eso que conocemos como realidad y alcanzan la ficción y la fantasía en sus manifestaciones más espectaculares y se constituyen en verdaderos insumos para cuentistas de alta alcurnia. Aquí van esas perlas que nadie las cree:
– En un hecho insólito, la Fiscalía General de la Nación, a través de sus redes sociales, dio a conocer que el procesado Pedro Antonio Aguilar, líder del paro de camioneros, fue dejado en libertad en una audiencia celebrada en el Juzgado 77 municipal con función de control de garantías de Bogotá –Paloquemao-, pues un falso fiscal convalidó la solicitud de libertad realizada por la defensa, suplantando al ente acusador.
Esta sí es la "tapa del congolo", la figura del álbum que nos faltaba; el respetado fiscal no pertenece a la planta de la fiscalía, se identificó como José Edilberto Parada Barbosa, fiscal delegado ante los jueces penales del circuito especializado en apoyo a la fiscal 70; este ciudadano se desempeña como comerciante y mesero en bares de Bogotá; recibió como pago dos millones de pesos, un vestido de paño y el libreto que debía aprenderse para fungir como fiscal. La pregunta del millón: ¿Quién debe asumir la responsabilidad por estos hechos reales, pero con connotación fantástica?
– Más insólito, todavía, el fiscal anticorrupción cayó por corrupto. Luis Gustavo Moreno, abogado de profesión, fue detenido por presuntos sobornos del investigado exgobernador de Córdoba, Alejandro Lyons; le exigía dinero a este a cambio de actuaciones para incidir en los casos que enfrenta actualmente en Colombia; viajó a los Estados Unidos, en comisión oficial, y aprovechó la palomita para recibir parte de la "comisión". Pregunta: ¿Por qué lo nombró el Fiscal General y qué pasa en esa institución que ya han salido 48 fiscales por estar involucrados en procesos judiciales? Moreno luchaba contra la corrupción y los falsos testigos; era un héroe con capa, pero se la rompió el viento que sopla al interior de la fiscalía.
– Inverosímil: dos excombatientes de las Farc se fugaron de la cárcel de máxima seguridad de Bogotá sin hacer ruido, sin hacer daños a la infraestructura, sin golpear a nadie. Salieron por la puerta principal. Fueron suficientes una copas de aguardiente artesanal para "prender" a uno de los vigilantes; éste les dio permiso para salir a comprar más licor, pero no han vuelto; no encontraron el estanquillo. Algunos ven la cosa como muy grave, pues era sábado santo y estaban tomando licor.
– Increible, como para que don Gabriel le agregue unas páginas más a Cien años de soledad. Un excombatiente de la guerrilla, negociador en La Habana, ideólogo del partido político, senador electo, gracias al acuerdo, fue detenido por la fiscalía y enfrenta cargos por envío de cocaína a los Estados Unidos, después de la firma de los compromisos. Seusis, en caso de demostrase su culpabilidad, tendría que exponerse a la extradición.
Estamos de pelo parado y no sabemos qué pensar; ¿Lo sabían los "otros"? ¿Los traicionó? ¿Nos traicionó? ¿Es un montaje? ¿Es persecución? ¿Él tubo tuvo la culpa?
A quienes nos gusta la narrativa tenemos de dónde agarrarnos sin utilizar la ficción; basta cambiar los nombres y los lugares para que no nos cobren derechos de autor. No nos pueden decir que somos fantasiosos, pues simplemente recreamos la realidad de nuestro país. Ojalá no nos roben las elecciones y nos metan un presidente falso, pues don Mario Vargas se viene a vivir a Bogotá y nos quedamos sin argumento. Como decía mi abuela: "En el árbol caído hasta los perros se mean".
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