lunes 14 Jul 2025
Pico y placa: 5 - 6

Aparecen en elecciones esos que llaman caudillos

24 mayo 2018 3:15 am
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Nunca había estado tan feliz y optimista; esta época preelectoral me ha permitido ver lo que proponen los candidatos y me llevan por un camino radiante; ahora sí Colombia va a ser diferente, va a cambiar, será un espacio de ensueño: la educación de gran calidad va a ser la columna vertebral y en ella se invertirán muchos billones; será un país inclusivo y respetuoso de la diversidad; la agricultura recuperará su papel protagónico; desaparecerá la corrupción en todos los órdenes; se conservará la separación entre la Iglesia y el Estado; tendremos una reforma política a nuestra medida; no habrá más reformas tributarias; los impuestos, incluyendo el IVA, bajarán rápidamente; todos los colombianos podrán ingresar a la universidad y esta será gratuita; el medio ambiente será motivo de interés antes de promover cualquier tipo de desarrollo; la minería será regulada por el Estado; la seguridad de todos los ciudadanos estará asegurada; se hará respetar la soberanía nacional; desaparecerán el contrabando, el narcotráfico y los favores políticos; todos los pobres tendrán casa propia y gratuita; los Planes de Ordenamiento Territorial estarán al servicio de todos y no, de mafias particulares; los congresistas devengarán un salario decente; los falsos positivos pasarán a la historia; se implementará, del todo, el Acuerdo de paz con las Farc; el Eln se sentará a la mesa y no habrá más secuestros ni voladuras de oleoductos; los paramilitares serán desterrados de la faz de Colombia; la salud será para todos y de buena calidad; Transmilenio se convertirá en un medio de transporte masivo para personas; la veeduría en las obras de infraestructura correrá a cargo de la nación; no se graduarán más profesionales con trabajos copiados de internet; las cárceles serán espacios de resocialización, mas no de hacinamiento; desaparecerán los carteles de la toga, de la hemofilia, del cemento, de los pañales, de los medicamentos, de la alimentación escolar, de la chatarrización; las fronteras serán vías de intercambio. Algo más, Ordóñez, Holmes, Morales y Timochenko no serán presidentes; el que quiera más que le piquen caña o que se cambie la nacionalidad.

Pero, cuando desperté de este sueño, caí en la cuenta de que los que prometían todo esto eran candidatos y están en capacidad de hacer y decir lo que sea con tal de subirse a la silla de Bolívar; pequé de ingenuo y lo confirmé; en cada pueblo, un discurso nuevo y miles de promesas imposibles de convertirlas en realidad; primero tienen que repartir la tajada entre los de su banda y sus secuaces, quedando así la olla raspada a la espera de otra elección democrática.

Dentro de mis limitaciones, haré algunos comentarios sobre los candidatos sin buscar revancha o empujones para nadie; el lector puede votar por cualquiera, por el que desee, pero pensando en Colombia, en sus ciudadanos y en las instituciones que se aglomeran bajo la misma bandera.

De la Calle: excelente perfil para gobernar la nación, con pasado limpio, traicionado por un partido que se balancea entre la lucha personal y la desaparición; su decencia lo ha hecho ver pequeño; nadie le reconoce la tarea en La Habana. Un demócrata a carta cabal.

Petro: muy resentido y soñador; su propuesta le queda grande a él y al país. Asusta su soberbia desmedida; le ayuda su sentido social y el apoyo de una gran mujer como coequipera. Es la piedra en el zapato de la derecha. Acabó con la voz en la plaza pública y suena para Registrador.

Duque: candidato en cuerpo ajeno; descalificador de sus contrincantes; hace alianzas hasta con sus enemigos; muchísimas promesas para cuatro años; desconoce el curso de nuestra economía; su fórmula vicepresidencial abraza a los niños, pero odia a los que piensan distinto. Su gobierno será un retroceso para el poder judicial y regresarán algunos corruptos. Lo acompañan algunos intolerantes guerreristas que presagian un futuro incierto. La gran paradoja: bajar los impuestos y subir los salarios.

Fajardo: Todo se lo entrega a la educación; demasiado idealista; le tiene miedo a la plaza pública; con pasado limpio y sin historia encubierta; con experiencia en gobierno, pero con discurso de maestro licenciado. Su coequipera, luchadora, con ideales y muy emocional. No le tiene miedo a la maquinaria política establecida en el país.

Vargas Lleras: con experiencia en el gobierno, conoce el país; demasiado emotivo y descalificador de sus oponentes. Se cree dueño de las casas que regaló Santos y de la infraestructura vial. Su propuesta es amplia y densa, pero no ha sabido socializarla por estar buscando camorra. Lo acompañan algunos personajes oscuros.

A través de las redes sociales me llegó un texto escrito del cual desconozco su autor, pero me apropio de uno de sus párrafos:

"Si usted está esperando una cita en la EPS, está pendiente de cumplir la edad de pensión, si le faltan semanas para cotizar, usted morirá sin saber quién es su candidato". La mesa está servida y los comensales llegan el 27 de mayo, por su cuenta y riesgo, sin presiones ni dádivas, pero con el sueño de una Colombia mejor. Un saludo respetuoso a los candidatos y recuerden, como decía mi abuela: "No hay que ensillar sin traer las bestias".

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