El realismo mágico en un consultorio de odontología

3 octubre 2019 4:51 am

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Si Gabriel García Márquez estuviese vivo, arrancaría a escribir otra de sus narrativas y tendría para muchas más; me imagino que el primer título sería: “Crónica de una fuga anunciada”. Antes de garrapatear sus primeras líneas, reiría a carcajadas al ver el fondillazo de Aida al soltarse de la cinta roja que la ataba al consultorio del dentista. Nuestro Nobel de Literatura se horrorizaría al caer en la cuenta de que su protagonista había sido legisladora en la Cámara y, luego, elegida Senadora con la bobadita 73.000 votos comprados.

Tan espectacular fue su fuga que ha dado mucho de qué hablar y escribir; ha habido cuartillas tristes y jocosas; wpp se ha surtido de chistes para entretener y, de paso, burlarse de la seguridad penitenciaria y de la tradicional corrupción que campea en todos los rincones de nuestro país.

Al verla encaramada en una moto no queda más que exclamar: “Domicilios Aida Merlano, te caemos de una “. Ante la imposibilidad de blanquear su expediente, se fue a blanquear los dientes y allí empezó la rappifuga. Parecía caída del cielo ante las cámaras de seguridad; la otrora campeona de la corrupción es hoy la número uno en escapadas extremas. Puede competir con Pablo Escobar, El Chapo, Ramón Matta, José Santacruz, Alexánder Urrego y Pedro Aguilar.

Bien recuerdo cuando el “bien dotado”, Faustino Asprilla, le había ofrecido casa por cárcel a la abogada Merlano; ¿será que utilizó su bejuco para descender de la dentistería? Descartado por el color rojo de la correa que colgaba desde la ventana del consultorio del doctor Cely Barajas. Hay mucha tela de dónde cortar; no me vayan a decir que le ayudó Santrich, que metió la mano la izquierda colombiana, que fue idea de Maduro, que participaron los grupos armados ilegales, que fue DMG u Oderbrecht. Todo el mundo sabe quién es ella, qué ha hecho y con quiénes se ha movido como pez en el agua desde sus principios.

Ya han rodado cabezas, como la del director del Inpec, general William Ruiz y la directora de la cárcel El Buen Pastor, Diana Muñoz, pero se esperan detenciones y vinculaciones de posibles corresponsables en distintos lugares; no puede llevar del bulto sólo la funcionaria del Inpec que la acompañaba. Hay varias corbatas que deben estar temblando u organizando viaje para el exterior.

En los memes proponen cambiarle el nombre a la excongresista; en vez de Aida Merlano, Huida Marlano y matricularla en el próximo curso de rappel organizado por el Inpec. Ni modo de culpar a la señora Marlano, cualquier terrícola sale volando cuando el odontólogo pone a funcionar la fresa en su boca. Toca esperar a ver cuántos políticos reservan un servicio en Rappi para aligerar su fuga. Como decía mi abuela: “La fuga puede ser peor que la cárcel”.

 

 

 

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