A pesar de la situación política que vivimos, a las amenazas, a las desapariciones, a los ataques repentinos y, sobre todo, a la polarización que nos acompaña, me atrevo a decir que no todo está perdido y que quedan algunas opciones para fraguar el cambio que necesita Colombia; los partidos políticos tradicionales hacen lo de siempre, atacan a los contrincantes, como de costumbre, pero, cuando ven que el panorama no los favorece, promueven alianzas con cualquiera con tal de saborear una tajada del poder.
El interés no gira alrededor del ideal político o de las necesidades de los ciudadanos, sino en torno a las instituciones que les proporcionan sangre y carroña; pareciera que se avergonzasen de pertenecer a un partido o a un movimiento político o que fuese necesario ocultarlo para engañar a los electores, mientras otros se escudan en la imagen o el corazón de un caudillo que se resiste a entregar sus banderas al considerarse irremplazable.
Pero, no todo es así en todas partes; han surgido intereses y conductas diferentes; un movimiento, relativamente nuevo, como el Partido Alianza Verde, de Centro, con sectores de izquierda, fundado por Carlos Ramón González y Néstor Daniel García, muestra la posibilidad de enrutar la lucha sin necesidad de matricularse a la derecha o a la izquierda, abriéndose así una posibilidad de abrazar ideales no excluyentes al “mirar hacia adelante”.
El partido verde asume una posición pacifista, no fundamentalista frente al conflicto colombiano, elevando como principio de su accionar político: que el fin no justifica los medios o lo que es lo mismo "no al todo vale", además recoge las banderas del humanismo al definir que ninguna ideología o propuesta política justifica el sacrificio de la vida humana; "la vida es sagrada"; Desde su constitución, el partido ha puesto especial interés en el rigor ético para escoger buenos candidatos en sus filas, caracterizados por su vertical posición contra las mafias de la corrupción, la politiquería, el narcotráfico, el paramilitarismo y la guerrilla, dicho de otra manera, el aval del partido verde ha sido para candidatos con un pasado limpio y con sueños de progreso y paz.
En Manizales, fiel a los principios del partido, especialmente, el rechazo a cualquier tipo de violencia y a cualquier complicidad con grupos al margen de la ley y con funcionarios o ciudadanos corruptos, el respeto a la vida, el manejo transparente y eficiente de los recursos públicos, la primacía del interés general sobre el interés particular y el reconocimiento y valoración de las diferencias y la pluralidad, Carlos Mario Marín ha sometido a consideración de sus conciudadanos una propuesta de gobierno basada en el desarrollo de una ciudad moderna, la defensa de los recursos naturales y la lucha contra la corrupción.
Este joven politólogo, con trayectoria en el concejo de su ciudad y forjado en grandes lides, quiere ser alcalde de la capital caldense y demostrar cómo se articulan la formación académica y la capacidad de lucha.
Siempre lo he dicho, el cambio no nos llega del cielo; se construye colectivamente, el voto consciente y responsable es la mejor herramienta para empezar a delinearlo; como decía mi abuelo Mujica: “Colombia sería uno de los mejores países para vivir y una potencia económica mundial si sus ciudadanos se unieran contra los políticos que los han robado por años”.