Aldemar Giraldo Hoyos
Al debatirse la reforma pensional en el Senado, el Centro Democrático ha tenido como estrategia disolver el quórum para dilatar el trámite; a pesar de que la ruptura del quórum “hace parte de su derecho constitucional de oposición y es una estrategia legítima”, lo que se hace es evadir el debate con argumentos.
No tiene sentido oponerse a un proyecto porque sí, por hacer parte de la oposición o porque la propuesta ha sido presentada por un partido de izquierda; da la impresión de que el movimiento de Álvaro Uribe fue concebido para imponer sus planteamientos o deseos y, de entrada, desechar todo lo que provenga del gobierno de turno; en pocas palabras, estamos condenados a pertenecer al Centro Democrático o, en su defecto, a desaparecer del contexto nacional; da la impresión de que regresamos a aquellos tiempos en los cuales los proyectos se aprobaban o rechazaban por las buenas o por las malas.
Con una polarización como la que vivimos y, en beneficio de la salud de la democracia, ¿no es el momento de debatir con verdaderos argumentos y presentarse en la plenaria para llegar a consensos y aportar a la construcción de la reforma? El país es de todos y una cifra no se puede convertir en la piedra en el zapato de los padres de la patria. Llegó la hora de buscar soluciones y pensar en ponencias alternativas antes de paralizar la nación.
Da grima observar la manera como la senadora Paloma Valencia se ufana del triunfo de la estrategia paralizante del Centro Democrático; gran parecido encuentro con aquellos parlamentarios que legislan “por visita” (duermen, juegan con el celular, envían mensajes, entran y salen o se ausentan por largos períodos aduciendo enfermedad o incapacidad generada por esta); muy caro nos sale a los colombianos tener representantes que se convierten en una verdadera carga para el Estado.
Hay que darle la cara al país y mostrar resultados, al menos, para justificar tan altos salarios y gabelas que aprueban a espaldas de los gobernados; que digan qué es lo que quieren y para dónde van; el pueblo ya tomará las decisiones que crea pertinentes. Estoy de acuerdo con David Racero: “Valencia se está burlando del gobierno y de los colombianos”. Merecemos respeto.
Como dice mi abuelo Mujica: “Muchos de los fracasos de la política se deben a que hay una especie de estafa en materia de conducta. Parece que a los políticos hay que pagarles mucho, que precisan mucha plata porque es una tarea importante; tienen que vivir en una casa ampulosa, necesitan muchos sirvientes, mucha gente que los esté adulando, etcétera, y dejan de ser republicanos”.