Gilberto Zaraza Arcila
Así como la Contralorías y la Auditoria General no ejercen control fiscal, la Procuraduría y la Defensoría no realizan control disciplinario, la Fiscalía no investiga los delitos ni acusa ante los jueces a los autores de los delitos; las 10 superintendencias no inspeccionan, ni controlan, ni vigilan. Por eso la corrupción y la impunidad se volvieron parte del paisaje. Y el abuso de algunas empresas públicas y entidades financieras es creciente.
Específicamente Empresas Publicas de Armenia (EPA), viene incurriendo desde hace tiempo en violaciones a la ley y a pesar que estas se han puesto en conocimiento de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios (SSPD), no ha hecho nada para impedirlo.
A muchos usuarios de edificios que tienen el medidor en buen estado y de fácil acceso, no les toma la lectura mensual para cobrar con base en el consumo promedio o por un promedio superior al consumo de los últimos meses; violando el inciso 4 del artículo 146 de la ley 142/1994, que establece:” …La falta de medición del consumo por acción u omisión de la empresa le hará perder el derecho a recibir el precio…”. El inciso 2 del artículo 148 de la misma ley que dice: “…no se cobrarán servicios no prestados…”. Y omitiendo el cumplimiento del artículo 149 de la misma ley que señala:” Al preparar las facturas, es obligación de las empresas investigar las desviaciones significativas frente a consumos anteriores. Mientras se establece la causa, la factura se hará con base en la de periodos anteriores…”.
Más grave aún, en varias ocasiones, de manera dolosa incurre en fraude y en una posible falsedad en documento público, al facturar y cobrar servicios no prestados, con base en lecturas y consumos superiores a los que marca el medidor. También, hace recobros, es decir cobra 2 veces el mismo consumo del mismo periodo.
La mayoría de reclamos y justas peticiones las rechaza. Cuando gracias a los derechos de petición y recursos de reposición y apelación ante la SSPD, el usuario logra decisiones que dejan un saldo a su favor; la empresa no hace el cruce total de ese saldo, sino que lo hace de manera diferida y prorrateada, y los abonos a la deuda lo hace sin transparencia, porque el reporte de EPA con las aplicaciones de los saldos a favor no coinciden y son diferentes en valores, saldos y fechas a los que aparecen registrados en las facturas mensuales. Y al solicitar explicación de las mismas. La empresa elude la explicación. Si el cruce de cuentas se realizara de manera total, no habría opacidad. ¿A cuántos de los cerca de 100.000 usuarios le están haciendo lo mismo?
Son muchas las personas que diariamente hacen demorados turnos en las oficinas de EPA para hacer reclamos, por diferentes motivos, mayoritariamente por el incremento notorio en el valor de la factura mensual. Si conocieran la ley de servicios públicos domiciliarios y supieran interpretar la factura y contrastarla con el medidor y la factura anterior encontrarían muchas inconsistencias que aumentarían el número de reclamaciones.
El usuario es la razón de ser de la empresa, EPA debe premiar el consumo racional y el ahorro del vital líquido y no castigarlo. Pero en algunos casos le está faltando al respeto, e incurriendo en abuso de la posición dominante, porque no da respuesta concreta a las peticiones y recursos o elude la respuesta. Tampoco hay transparencia en las cuentas y no permite que el usuario hable directamente con el jefe de facturación o cartera para aclarar las diferencias o reclamos y conciliar las cuentas cuando hay saldos a favor del usuario. Los contratistas no leen bien y dan respuestas en las que se limitan a copiar y pegar, incurriendo en errores.
La SSPD ante estas graves irregularidades y abusos de EPA, tiene la obligación legal de cumplir de cumplir con los artículos 79, 80 y 81 de la ley 142/1994, interviniendo para investigar y sancionar estas violaciones a la ley. Y no exigiendo al reclamante documentos que reposan en EPA, de acuerdo en lo establecido en el parágrafo del artículo 9 del decreto 019 de 2012 de la presidencia de la república. Pero, no hay muchas esperanzas porque en el gobierno del “cambio” todo sigue igual o peor.