Gilberto Zaraza Arcila
El gobierno de izquierda fue elegido gracias al hastío del pueblo con la corrupta clase dirigente que siempre ha gobernado para favorecer sus intereses y los privilegios de las élites. Pero también esperanzado en las propuestas de cambio, reformas sociales y económicas, inclusión, equidad y justicia social.
Sin embargo, a Gustavo Petro le faltó transparencia y sinceridad con los electores. Para obtener el triunfo le vendió el alma al diablo y traspasó la línea ética. Se alió con cuestionados dirigentes políticos de los partidos tradicionales que apoyaron la corruptela de gobiernos anteriores. Permitió el enriquecimiento ilícito de su hijo con dineros que eran par la campaña; y las negociaciones de su hermano con delincuentes en las cárceles a cambio de apoyo a su candidatura. Recibió miles de millones de pesos del contratista Euclides Torres a cambio de multimillonarios contratos en el gobierno. Violó los topes electorales en la financiación de la campaña.
Ya posesionado incurrió en el cohecho de comprar votos de congresistas para hacer aprobar reformas bien peluqueadas, por puestos, contratos y dinero. En exceso de burocracia y contratación innecesaria e inoperante, que permite el pago de 2 o 3 veces de la misma nómina. Aparecieron los escándalos de robos, polígrafos y chuzadas que provocaron la muerte a un coronel de la policía. La corrupción en la UNGRD, el ejército y la policía.
A nivel personal ha incurrido en demasiados errores de forma y de fondo. La falta de valores, la doble moral de hacer como gobernante lo que condenaba como congresista, las mentiras. La ausencia de liderazgo, la incapacidad para conformar un equipo de trabajo unido, coordinado y eficiente. Su ego, terquedad, impuntualidad, improvisación y estilo confrontacional. No admite la crítica, ni reconoce errores, ni asume responsabilidades. La última salida en falso fue anunciarle la terminación del contrato en la Cancillería y no responder la respetuosa carta que le dirigió la abogada Helena Urán hija del asesinado Magistrado Carlos Horacio Urán, producto de la toma del Palacio de Justicia; en la que le manifestaba su desacuerdo por exaltar la bandera el M-19, por revictimizar y no respetar el dolor de las víctimas.
Después de casi 2 años de mandato son más los errores que los aciertos, las dudas que las certidumbres, los discursos que las ejecutorias. Su mayor asesora es una joven inmadura, inexperta, sin trayectoria, que no sabe manejar una agenda por eso sus permanentes incumplimientos y desplantes. Está rodeado de áulicos a los que premia por la lealtad y los elogios y no por la eficiencia en la ejecución del plan de desarrollo. Terminó perdiendo credibilidad y respaldo ciudadano. La mayoría descalifican su gestión. Maestros, indígenas y campesinos hoy marchan en contra y bloquean vías exigiendo soluciones a sus problemáticas.
En campaña presidencial y después de posesionado realizó innumerables promesas que no ha cumplido, ni cumplirá. Fueron simple demagogia, retórica. Las siguientes son algunas: Unir al país. Gobernar con el pueblo. Con los más capaces y honestos. Implantar la meritocracia. Acabar con el clientelismo, la politiquería y el nepotismo. Combatir la corrupción y la impunidad. Manejar los recursos públicos con transparencia y austeridad. Cumplir los acuerdos de paz. Cumplir con la consulta anticorrupción. Liberar a los jóvenes detenidos por las protestas en el gobierno anterior. Eliminar el ESMAD. Pasar la policía al Mininterior. Desmovilizar el ELN en 3 meses. Alcanzar la paz total con todos los grupos al margen de la ley. Condonar los intereses corrientes y de mora a todos los deudores del ICETEX. No convocar una asamblea nacional constituyente. Recuperar la seguridad y la soberanía nacional. Desarrollar el campo y sus vías terciarias. Reactivar las actividades productivas industriales y agroindustriales. Revivir el IDEMA. Convertir el Banco Agrario en un banco tan competitivo como la banca privada. Renegociar los TLC. Los delincuentes primero pagan sus delitos en Colombia y después serán extraditados. Modernizar la DIAN para acabar con la evasión y la elusión fiscal. Comprar 3 millones de hectáreas para entregarlas a desmovilizados y campesinos. Entregar 3 millones de pesos mensuales a las madres cabeza de hogar y adultos mayores sin pensión. Educación gratuita superior para todos los estudiantes, sin tener los cupos suficientes. Eliminar el peaje de Turbaco. La transición energética. Vincular a todos los profesionales con doctorado y maestrías. Hacer posible la elección de organismos de control independientes y autónomos. Colombia sería una potencia mundial de la vida…etc.
Hoy vemos con preocupación y desengaño que el gobierno está fracasando. El conflicto armado viene escalando. Los grupos al margen de la ley se han fortalecido y expandido su accionar en municipios y departamentos. Continúan las masacres y el asesinato de líderes sociales. Aumenta la inseguridad urbana y rural, con mas secuestros, extorsiones y hurto. La economía muestra indicadores preocupantes: se detuvo la reducción de la inflación, vuelve a aumentar la devaluación, disminuyó la inversión privada, continua el estancamiento económico, disminuyeron los ingresos tributarios, el presupuesto está desfinanciado. Tiene que disminuir el gasto público y aumentar la deuda, etc.
A pesar de estos graves problemas que requieren atención prioritaria, el presidente que debería estar al frente de los mismos, prefirió seguir viajando por el mundo acompañado de una gran comitiva y viaticando en dólares con su mujer y su inseparable Laura Sarabia. Se fue a participar en una cumbre de paz, aunque a última hora el impredecible Petro desistió de asistir.
La corrupción y la impunidad siguen imparables porque el gobierno ayudó mediante tráfico de influencias a elegir Contralor y Fiscal general de bolsillo de manera turbia e ilegítima, para que continúe el régimen de componendas y complicidades.
El cambio fue una farsa, seguimos en más de lo mismo.