A las salas de cine del país llegará el próximo 20 de junio la película documental, Los vivos y los muertos. Esta obra fue dirigida por Manuel F. Contreras, quien también escribió el guion y se desempeñó como productor junto a Andrés Porras y Tatiana Villacob. Porras también estuvo a cargo del montaje, mientras que Edgar Cortés Angarita y Juan Pablo Muñoz trabajaron en la música. Angarita, a su vez, se ocupó del diseño de sonido y Mónica Bustamante del diseño de color. La distribución en Colombia corre por cuenta de Danta Cine.
Sinopsis de la película Los vivos y los muertos
Al enfrentarse a la decisión de tener hijos, Manuel empieza a filmar su propia vida, punto de partida para recorrer un sinuoso pasado familiar que teme repetir. Treinta años atrás, su padre murió justo después de separarse de su madre y comenzar una nueva familia, dejando una larga estela de dudas y rencores. Antes de fallecer, la madre de Manuel le pide que viva su vida al máximo, como ella no lo hizo.
Transitando entre dos ciudades separadas por 10 mil kilómetros – Bogotá y Budapest – Manuel decide sacar a la luz, con ayuda de sus hermanos, un secreto sepultado por los años: encontrar a un medio hermano que nunca conoció. Al son de boleros, merengues clásicos y un repertorio de canciones llenas de sentimiento, surgen encuentros y cambios inesperados que revelan el legado que los muertos han dejado sobre los vivos.
De este modo, los hermanos Contreras emprenden la búsqueda de su medio hermano, Germán, y los espectadores los acompañarán en este viaje cinematográfico. Respecto del propósito con el que quiso llevar a cabo este documental, el director comentó:
“El primer resultado es individual y familiar, pero luego mi trabajo como documentalista es llegar a lo global. Creo que todas las familias tienen secretos y ya se acostumbraron a vivir con ellos. Mi intención es que eso se desnaturalice. Muchas personas ya me han dicho ‘en mi familia pasó algo similar y nunca se habla al respecto’. Creo que eso es un buen primer paso. Tuve la oportunidad de conocer y entender a mis padres de una forma en que no lo había hecho antes, y eso cambió mucho mi percepción. Mi padre murió en un contexto en el que dejó muchos rencores sin resolver, pero después de hacer el documental pudimos darle mucha más humanidad, ya no lo definimos simplemente por lo que hizo, sino también por todo lo que era”.