Guillermo Salazar Jiménez
Escuchó la misma respuesta en la entrevista para la televisión y pensó que dicha respuesta la programó para la invitación de la radio. Juanita Lectora comentó que parlamentarios y empresarios entrenan la misma respuesta de “Sí, pero no así” a las preguntas de los reporteros sobre las reformas. Igual respuesta para la reforma a la salud, laboral, reforma a la justicia o pensional, adicionó Juanita, respuesta que se grabó en los colombianos sin analizar los mensajes de los comunicadores que piensan preguntas para lograr iguales respuestas.
“Sí, pero no así”, frase utilizada para oponerse al cambio y soslayar las verdaderas intenciones, aseguró Juanita, porque con el “Sí” están de acuerdo con las reformas y quedan bien con el auditorio; sin embargo, con el “pero no así” se oponen a los cambios propuestos. El “Sí” es afirmación ambigua y significativa, atrapada en el significado de mantener lo vigente y el “pero no así” sugiere derrotar las salidas a la desigualdad y corrupción. Utilizan dicha frase para confundir y engañar, recordó al escritor portugués Fernando Pessoa en el Libro del desasosiego, “Nos convertimos en esfinges, aunque falsas, hasta el punto de no saber ya quiénes somos. Porque, por lo demás, lo que somos es esfinges falsas y no sabemos lo que realmente somos. El único modo de que estemos de acuerdo con la vida es que estemos en desacuerdo con nosotros. Lo absurdo es lo divino.”
Y muchos colombianos copian tal frase, expresó Rusbel Caminante, creen en la necesidad de las reformas, diálogos emprendidos y acuerdos adelantados, pero se oponen a los abiertos por el gobierno. Condenó a aquellos que tradicionalmente esperan a cuentas gotas las dádivas entregadas y subsistir en medio de las dificultades, creadas por aquellos que detentan el poder económico y el poder de la falsa palabra. Lo advirtió el escritor y poeta irlandés Oscar Wilde: El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan de fuera. Pero sufriir por propias culpas, ésa es la pesadilla de la vida.
Colombianos que les enseñaron a obedecer, indicó Rusbel Caminante, a callar y no pensar sobre la realidad problemática y compleja de gobernar. Frases como “Sí, pero no así” enseñan ciertos modelos de comportamiento y relaciones de mando, ilustró Rusbel, tienen por objetivo manejar los espacios de poder para manipular a los ciudadanos con entrevistas amañadas y garantizarlo con la palabra. Ésta es más civilizada pero igual o más de peligrosa que las armas.
“Yo puedo estar equivocado y tu puedes tener la razón y, con un esfuerzo podemos acercarnos los dos a la verdad”, lo ojeó Juanita Lectora del escritor y profesor austro-británico karl Popper, para afirmar lo necesario de crear conciencia en los colombianos sobre las causas de los problemas que nos aquejan y sobre frases que, por su significado, se convierten en leyes verbales. Es necesario enseñar a pensar, concluyó con John Katzenbah, “Había un hombre que se deleitaba con lo espantosa que era su vida, y prefería quejarse a cambiarla”.