Charlye Hincapié Tangarife*
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la definición de salud mental es aquel estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés en la vida, desarrollar todas sus habilidades que le permitan ser funcional en todas sus esferas, como lo son la personal, laboral, familiar, y por su puesto social. Y es bajo este precepto que todos los estados que hacen parte de este organismo internacional se han comprometido a aplicar el Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2030, cuyo objetivo es mejorar la salud mental por medio de un liderazgo y una gobernanza más eficaces, y es así como la salud mental ha llegado a ser considerada como una enfermedad y se incorpora en nuestro caso Colombia al POS (Plan Obligatorio de Salud).
Adicionalmente, el Ministerio de Salud y Protección Social demanda la articulación con la Política Nacional de Salud Mental del año 2018 y con los postulados de la Ley Estatutaria de Salud, desde los que se reconoce la salud mental como un derecho fundamental, cuyo centro de atención son los sujetos individuales y colectivos (personas, familias y comunidades) según la Resolución 089 de (2019), pero no fue hasta el 2020 con la declaración de pandemia mundial por la enfermedad del coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19), que marcó nuestras vidas y modificó nuestras conductas, nuestras percepciones y el entorno en que vivimos, que el mundo se dio cuenta de la importancia de éste tema.
Pero, aunque la alarma de pandemia por el Covid-19 ya se levantó y como sociedad sobrevivimos a esta problemática tan grave de salud pública, quedaron las grandes y silenciosas secuelas de la misma, una pandemia que cada día cobra más y más vidas y como la anterior no tiene ni estrato social ni posición socioeconómica para quienes la padecen, y estamos hablando del deterioro de la Salud Mental.
La salud mental es tan importante como la salud física, es más, si estás mal con tus emociones, pensamientos y todos tus procesos cognitivos, vas a tener un deterioro secundario en tu salud física, y si es al contrario también podemos ver que personas que se encuentran atravesando situaciones de salud física ya sea delicadas o leves, si tienen una óptima salud mental pueden sobrellevar mejor su condición y hasta salir de su enfermedad.
Pero para nadie es un secreto el deterioro de la sociedad que se está viviendo a nivel mundial, las guerras y los líderes inmerso en sus mundos paralelos donde ven la vida de una manera tan desapegada a los valores, a la empatía, donde solo dejan ver que están hambrientos de poder sin importar que hacen para obtenerlo, y estas decisiones son las que han llevado a la humanidad a un estado de depresión, ansiedad y estrés generalizados, sin contar con el aumento del abuso de consumo de sustancias psicoactivas cada vez con más incidencia en niños y jóvenes.
Hoy en día como seres humanos a veces no sabemos cómo afrontar la vida, pues nos agobia el desempleo, una situación económica inestable, una inseguridad en las calles que parece que no hay salida segura a las diferentes situaciones que nos enfrenta la vida.
A hora bien, el problema de las adiciones también es una enfermedad mental, por tanto, merecen que se diseñen terapias para ellas, sabiendo de antemano que esta afirmación tiene implicaciones muy fuertes, porque esto nos pondría en una situación hipotética de que pasaría si todos como sociedad, asumiéramos de que las adiciones son una enfermedad mental, y aunque a nivel de políticas sanitarias se está empezando a asumirlo en todo el mundo, y en todos los niveles, es necesario la implementación de unas terapias de intervención adecuadas para cada caso, puesto que esta enfermedad cada día se viene convirtiendo en una problemática social que cobra demasiada importancia.
Ante este panorama de enfermedad mental, existen algunos países que se le ha dado a esta problemática la importancia y la prioridad necesaria para poderlo abordar de la mejor manera, uno de estos países en Iberoamérica es España por ejemplo, cuentan con centros especializados para el tratamiento de las adicciones llamados Unidades de Conductas Adictivas (UCAS), y en ellas se trata la adicción a cualquier tipo de sustancia psicoactiva, donde dentro de su presupuesto de gobierno tienen un rubro destinado para atender este tipo de problemática médica y social.
Por lo anterior, es pertinente aceptar que esta condición representa una enfermedad y es un reto para la sociedad porque a partir de ese momento se podrá diagnosticar, prevenir, y desde luego tratar de conocer y probablemente curar.
Como profesionales de la psicología, se hace indispensable encontrar estrategias prevención que puedan ayudar a mitigar tanto el consumo de sustancias psicoactivas y la salud mental como lo son: integración de la familia, generando un ambiente de comunicación, respeto y confianza, establecer lazos de afecto y convivencia de manera positiva con familiares, amigos, profesores, etc., así mismo teniendo en cuenta aspectos tales como: Los socioeconómicos, relacionados con la salud mental, teniendo incidencia el nivel educativo, estrato socioeconómico, características sociales y culturales, aspectos que también el Ministerio de Salud contempla.
Por tal motivo, es importante la identificación de dichas estrategias que como profesionales de la salud mental se deberán tener en cuenta el contexto, ambiente y aspectos familiares que puedan afectar la salud mental en nuestro país y a nivel mundial.
*Psicóloga
Operador Terapeuta en Drogodependiencias y Adicciones
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