Por Jhon Jairo Salinas
En las montañas de Salamina Caldas, donde el verde esmeralda se funde con el azul del cielo, nació la voz poética de Jorge Julio Echeverri. Desde sus años mozos, entre las aulas de la Universidad de Caldas, como estudiante de leyes, sus versos comenzaron a brotar como flores silvestres, llenando de fragancia las páginas de la revista universitaria.
Las leyes, su profesión, no pudieron acallar la melodía de su alma. En Calarcá, encuentra su hogar, su corazón siguió cantando, convirtiéndolo en un notario de la palabra, un escribano de emociones. "Poemas para el solar", "Romero de la sierra" "Y dejar en la caída una palabra" son tres joyas que nos regala este poeta. En ellas, la mujer se convierte en musa, en estrella que ilumina sus versos, en la razón de ser de su canto.
Sus palabras, como pinceladas delicadas, dibujan imágenes de amor sublime, de pasión ardiente, de ternura infinita. En cada verso, se percibe la admiración profunda que el poeta siente por la mujer, a quien exalta y sublima, elevándola a un pedestal de belleza y virtud.
"Deja que como un niño bese tu cuerpo y sienta que se queda el recuerdo de tu piel en mis labios", susurra en uno de sus poemas, dejando al descubierto la fragilidad del hombre enamorado, la necesidad de contacto, de fundirse en el ser amado. En otro verso, la pasión se enciende: "Cuando te siento escucho un sonido largo de aleteos entre nuestros cuerpos", imagen que evoca la intensidad del amor, la conexión profunda que une a dos almas en un abrazo ardiente.
Pero la poesía de Jorge Julio Echeverri no se limita al amor romántico. Su voz también se alza en defensa de los más vulnerables, de aquellos que no tienen voz para reclamar sus derechos. Es un poeta comprometido con la naturaleza, con la protección de los animales, seres que considera parte esencial del equilibrio del mundo.
En sus versos, encontramos un llamado a la conciencia, una invitación a reflexionar sobre nuestra relación con el planeta y las criaturas que lo habitan. Jorge Julio Echeverri, poeta del amor y defensor de la naturaleza, nos deja un legado de palabras luminosas, de versos que nos conmueven y nos invitan a mirar el mundo con otros ojos, con ojos llenos de sensibilidad y compasión.
Con su pluma, el abogado poeta seguirá tejiendo versos que resuenan con la pasión por la vida en todas sus manifestaciones. Las páginas de sus libros son testigos de su devoción por la mujer, su exaltación como musa inspiradora y la exquisita delicadeza con la que retrata el amor en todas sus formas.
En su obra, el poeta encuentra espacio para elevar su voz en favor de aquellos que no pueden hacerlo por sí mismos. Así, entre líneas y metáforas, Jorge Julio Echeverri Botero nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con el mundo que nos rodea, recordándonos que la justicia, la sensibilidad y el amor son pilares fundamentales para construir un entorno más equitativo y armonioso.
