La toxoplasmosis puede causar graves problemas de salud, especialmente en mujeres embarazadas y sus bebés. Hasta ahora, no ha existido una vacuna efectiva para prevenir la infección. Es por eso que la Uniquindío en un ambicioso proyecto de colaboración científica a nivel internacional, ha logrado un notable avance en la lucha contra la toxoplasmosis humana. Investigadores del grupo de parasitología molecular del Centro de Investigaciones Biomédicas de nuestra alma mater han trabajado en el desarrollo de una vacuna candidata innovadora utilizando nanopartículas de maltodextrina para transportar antígenos de Toxoplasma gondii.
Este descubrimiento revolucionario ha sido destacado por su capacidad de potenciar la respuesta inmune en individuos previamente expuestos al parásito, demostrando una producción específica de IFN-γ en las células mononucleares de la sangre periférica. Lo más sorprendente es que la vacuna, denominada NP/TE, ha mostrado eficacia en diversos estados infecciosos, incluyendo casos asintomáticos y de toxoplasmosis ocular. Es decir, este nuevo estudio presenta una vacuna candidata prometedora que utiliza nanopartículas de maltodextrina para transportar antígenos del parásito Toxoplasma gondii.
El estudio, financiado con una importante contribución de 80.000 euros provenientes de capital internacional, ha sido liderado por un equipo multidisciplinario compuesto por reconocidos investigadores como Laura García López, Alejandro Zamora Vélez, Mónica Vargas Montes, Juan Camilo Sánchez Arcila, François Fasquelle, Didier Betbeder y Jorge Enrique Gómez Marín.
Impacto
"Este es un avance importante que podría tener un impacto significativo en la salud pública", afirma el Dr. Jorge Enrique Gómez Marín, líder del grupo GEPAMOL de la Uniquindío. "La toxoplasmosis es una enfermedad desatendida que afecta a personas de todas las edades, y esta vacuna podría ser la clave para prevenirla y proteger a las poblaciones más vulnerables," resaltó.
Los investigadores ahora esperan avanzar a ensayos clínicos en humanos para evaluar la seguridad y eficacia de la vacuna a mayor escala. Con ello, se espera, si la vacuna supera con éxito los ensayos clínicos, impactar en la salud pública previniendo la infección por toxoplasmosis en mujeres embarazadas y sus bebés, protegiendo a las personas con sistemas inmunodeprimidos, tratando la toxoplasmosis ocular y previniendo la recurrencia de la enfermedad, y en última instancia, reduciendo la carga global de esta enfermedad devastadora.
El Grupo de Parastología Molecular de la Universidad del Quindío tiene una larga trayectoria de investigación en toxoplasmosis y ha colaborado con varias empresas nacionales e internacionales en el desarrollo de nuevas herramientas de diagnóstico y tratamiento y esta nueva hazaña posiciona a la Uniquindío como un líder en la investigación de la toxoplasmosis y abre la puerta a nuevas posibilidades para prevenir y tratar esta enfermedad parasitaria.