¿Es hora de un cambio en el periodismo local?

21 septiembre 2017 9:33 am

Compartir:

Anualmente en todo el eje cafetero se gradúan unos 200 estudiantes (aproximadamente) de Comunicación Social-Periodismo, una carrera con mucha demanda, pero poca oferta. A este número sumémosle los comunicadores y periodistas que ejercen en los medios locales, que por cierto no son muchos.

Pero bueno, ese no es el objetivo de este artículo. No es de mi interés ahondar sobre la cantidad de graduandos o el número de periodistas que ejercen. Lo que quiero hacer con este, es una reflexión sobre la gran brecha existente entre “La nueva ola del periodismo” Como me referiré a los periodistas jóvenes como yo, y “La vieja ola del periodismo”, que son aquellos que vienen ejerciendo de años atrás.

Cuando uno se gradúa quiere comerse el mundo y no solo en esta carrera, creería que es en todas, pero se choca con una cruda realidad: para unos es el desempleo y para otros enfrentarse con lo que es trabajar de verdad (no esos trabajos en grupo de universidad).

La inexperiencia y la ingenuidad es algo que suele jugar muchas malas pasadas. Pero no todo es malo en este mundo laboral, una ventaja de esta nueva ola es que aún se tiene el “corazón limpio” que tristemente suele corromperse por el clientelismo y las ganas de “billete fácil”. Y este, a mi parecer, es uno de los grandes problemas del periodismo local; el público ha dejado de creer en estos líderes de opinión, puesto que por ir tras una pauta pública, son capaces de venderle el alma al mismísimo diablo que viste de fucsia, de rojo, de azul y de otros tantos colores. Sin olvidar del gran mal que sufren casi todos, esa enfermedad llamada “doctorsitis” que consiste en llamarle doctor a cuanto funcionario se les pase por el frente, aunque “todo sea para que lo lleven en la buena, más tarde uno los va a necesitar para unos cuantos favores”, según le escuché a un honorable colega mientras tomaba un café en un reconocido lugar de la ciudad.

Esta vieja ola necesita recordar lo lindo de esta labor, recordar que uno trabaja por y para la gente, necesitan recordar que estamos es para que las personas se enteren de lo bueno y lo malo que pasa en las administraciones, en la comunidad misma y en el mundo; no dejarse empañar con lamentables hechos como lo ocurrido en Pereira con los periodistas vinculados en una investigación por contratación indebida y un detrimento de más de 500 millones… Si así actúan ¿cómo esperan que valoren y reconozcan nuestro trabajo?

Obviamente no se debe generalizar a los viejos periodistas, todos conocen la gran labor de muchos periodistas que día a día nos informan de la manera más transparente posible, ni tampoco voy a decir que los nuevos periodistas son un alma de Dios, puros y con un ética intachable; pero sí, apostaría que la mayoría aún no se ha dejado calentar el oído por un “regalito” de los políticos de siempre, porque todavía tienen la intención de cambiar el mundo.

Muchas personas ya están cansadas de los periodistas amañados, de esos que hablan mal de un funcionario o entidad, y solo cuando reciben una pauta dejan de hacerlo y por el contrario empiezan a alabarlos y ponerlos en un pedestal (de estos sí que abundan en todo el eje cafetero… que cosita), es por eso que se necesita retomar el sentido de esta profesión y volver a hacer las cosas bien.

Con este texto no quiero decir cuál es mejor si la nueva ola o la vieja ola, sólo quiero hacerle un llamado a todos los periodistas para que usemos nuestro saber de la mejor manera, sin malos resabios, ni mañas que nos hagan perder credibilidad ante la razón de ser de nosotros… ¡el pueblo!

@ledicenbilly

El Quindiano le recomienda

Anuncio intermedio contenido