¿Es mejor ser hombre que mujer?

12 noviembre 2017 9:22 am

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La historia nos ha enseñado que lo masculino tiene prelación sobre lo femenino. La dominación del hombre sobre la mujer ha prevalecido desde siempre, tanto que incluso en nuestra época, a pesar de la liberación femenina, se sigue viendo esta situación. Las religiones promueven el dominio masculino sobre la mujer, basadas en las sagradas escrituras que argumentan que el hombre es elegido por Dios para controlar el mundo con todas sus creaturas incluidas, entre ellas la mujer, por supuesto. Los líderes de algunas de estas congregaciones religiosas también argumentan que esto se debe a que un barco con dos capitanes se hunde, por lo cual Dios ha designado al hombre como único líder en el hogar y en la sociedad.

A pesar de que la mujer ha ganado importancia en todos los campos desde hace un tiempo relativamente corto, el machismo y la discriminación aun es evidente en muchas instancias. En algunos oficios permanece la discriminación hacia la mujer, oficios masculinos por tradición, tales como puestos políticos altos, por ejemplo, la presidencia de un país, pues si es cierto que muchas mujeres han logrado llegar a dirigir países tan importantes como Alemania, el Reino Unido, Chile, Brasil, aun es poco representativo este número respecto a países como el nuestro, donde nunca hemos tenido una mujer presidente.

La gran evidencia de cuan marcada es aun la discriminación a la mujer, es la cantidad de crímenes que se cometen a diario en contra de ellas: violaciones, asesinatos, agresiones de todo tipo, cometidas la mayoría de los casos por sus parejas sentimentales o familiares, la televisión y los medios están saturados de estos casos.

Aunque mi cuerpo no es femenino, pues nací en un cuerpo masculino, y fui criado como hombre en base a mi sexo biológico, ahora que intento asumir mi verdadera identidad de género, me veo igualmente expuesta a la discriminación que cualquier otra mujer debe soportar, y me encuentro con dificultades al doble, pues debo sobrellevar el desprecio, las humillaciones, la marginalidad y la cantidad de desventajas que tiene ser una mujer transgénero.

Todos los días me hago la misma pregunta, bueno, una de tantas preguntas que a diario me hago, ¿Por qué somos tan odiadas y despreciadas las mujeres transgénero, en especial por los hombres? Pues si bien es cierto que no solo los hombres nos discriminan, sí es cierto que son ellos quienes lo hacen mas abiertamente y en su mayoría, las mujeres también lo hacen, pero lo disimulan mejor. Una de las respuestas que encuentro a esta pregunta es, que nos odian porque según ellos, somos hombres renegados, disidentes, rebeldes, que rechazamos la gran responsabilidad que implica ser hombres… Esto puede ser cierto, pero es solo parte de la verdad, pues cuando busco la respuesta a esa pregunta, las razones que surgen son muchas, aparte de estas.

Considero injusto desde cualquier punto de vista que a uno lo quieran obligar a ser y a hacer lo que no quiere, lo que no le nace, en nuestro caso, nos quieren obligar a ser hombres, a ser fuertes, a hacer trabajo físico duro, a vestirnos y a actuar como no queremos, a ser agresivos, dominantes, posesivos. Nos quieren imponer gustos como el futbol, los deportes de contacto, los carros, las motos, hasta de quien nos debemos enamorar, esa ha sido la base de la esclavitud durante toda la vida, y a pesar de que pasen los siglos, las cosas no cambian en esencia.

con todo respeto para quienes no comparten mi opinión ni mi manera de ver la vida, que el mundo es bastante amplio y tiene una cantidad de opciones para que cada quien escoja las que mas le agraden, las que se ajusten mejor a su personalidad. La identidad de género no debe ser una imposición o una obligación, la vida es muy corta para pasárnosla peleando e intentando dominar al otro, a convertir al otro en una extensión mía, en una copia mía, ¿no seria mejor hacer lo que dice el dicho: Vivir y dejar vivir?

La respuesta a la pregunta si es mejor ser hombre que mujer, debería ser en todos los casos, ser quien uno quiere ser, quien uno siente que es en el fondo de su corazón, pues como todo en la vida, tiene sus ventajas y sus desventajas. No puedo decir que ser hombre es mejor por el poder, por la fuerza, por el control, pues ya lo viví y no lo hice bien, no quiere decir esto que por ser mujer sea una persona pasiva ni que me guste que me controlen o dominen, todo lo contrario, rechazo cualquier control o imposición venga de donde venga, pues pienso que a pesar de que las reglas y el control sean necesarios para evitar que nos matemos unos a otros porque sí, esto no habilita a nadie para que limite, amarre o abuse de otra persona de ninguna forma.

Sería muy bueno que el hombre entendiera que la mujer no está aquí para ser su sirvienta, su esclava, ni el blanco de sus agresiones, que es una persona igual que él, con deberes y derechos, una compañera en este viaje de la vida, digna del mismo respeto y consideración que él merece, y también sería muy bueno que ambos comprendieran que en muchos casos, nuestros cuerpos no nos hacen hombres o mujeres, somos quienes somos en esencia, sin importar la apariencia, esta es la base de la paz y de una sociedad realmente inclusiva y avanzada.

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