Diversidad de género y religión

28 noviembre 2017 3:13 pm

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A través de la historia y en todas las culturas, la religión ha tenido gran importancia en la vida del individuo. Desde comienzos de la humanidad, el hombre siempre ha buscado respuestas a algunas preguntas sobre la existencia, tales como: ¿Por qué estoy aquí? ¿Hay vida después de la muerte? ¿Nuestro destino está escrito por Dios o por nuestras decisiones?

Estas entre otras preguntas, se quedan sin respuesta, y solo por medio de las religiones las podemos responder de manera parcial, pues nadie ha muerto y regresado para decir a ciencia cierta lo que sucede luego de que la existencia terrenal se apaga…

Es ahí donde surgen gran cantidad de teorías sobre la creación del mundo y el por qué estamos aquí, todas estas teorías basadas en antiguos escritos y relatos orales que han pasado de generación en generación. Existen religiones de todo tipo, desde las monoteístas (Un único dios), hasta las que cuentan con un amplio número de deidades, pasando por las que adoran elementos de la naturaleza como el sol, la luna, las montañas, el fuego, entre otros.

También hay otras que sugieren al hombre como un dios, o que Dios vive dentro de nosotros, en fin, teorías sobre la existencia de una inteligencia suprema hay muchas, pero la gran mayoría coincide en que el universo fue creado por una inteligencia superior, un gran arquitecto o hacedor de todas las cosas.

También coinciden estas religiones en una serie de reglas o principios básicos, llamadas generalmente mandamientos, que establecen los requisitos que sus seguidores deben cumplir para alcanzar un nivel superior de vida, llamado en unas religiones como salvación, en otras iluminación, pero que buscan establecer un comportamiento correcto general, unas estrictas normas de convivencia, y quienes no se adapten y cumplan estas reglas son rechazados y condenados al desprecio de toda la comunidad religiosa.

A pesar de que hace ya algunos años que la comunidad científica mundial dejó de ver la homosexualidad como una enfermedad, y que no hace mucho tiempo se reconoció la disforia de género como una característica valida de la personalidad, las comunidades religiosas en general condenan estos comportamientos, algunas incluso los penalizan en todas sus manifestaciones con penas que van desde multas y cárcel, hasta la pena de muerte en los países más radicales.

Leyendo hace unos días una publicación de una reconocida congregación religiosa, me llamó bastante la atención un apunte donde dan ciertas citas bíblicas que condenan de manera radical la diversidad sexual, donde incluso se incita a la comunidad a no solo rechazar y despreciar a cualquier persona que se salga de los contextos sexuales aceptados, sino a agredirnos físicamente, lo cual me parece inaudito.

He visto muchos documentales en televisión y he leído en algunos portales de internet sobre varios países con normas religiosas muy estrictas, donde el pertenecer a la comunidad LGBTTTI es causa justa para ser ejecutado, donde las personas no tienen la mas mínima libertad para expresar su sexualidad o género diferente a los aceptados, pero no conocía hasta hace poco este discurso de odio, rechazo y violencia hacia nosotros por medio de las religiones occidentales.

Considero con todo respeto por las diferentes comunidades religiosas, que este tipo de ideas y normas no contribuyen en nada a la convivencia pacífica y armónica que todos buscamos, si bien es cierto que cada comunidad tiene sus normas y principios establecidos desde hace siglos, y que no tienen ninguna obligación de cambiarlos para acomodarse al modernismo de la sociedad que generalmente no aceptan, tampoco es justo que se nos ataque o se incite a la comunidad a las agresiones o a la violencia contra todas las personas que seamos diferentes y que no nos ajustemos a las estrictas normas de determinada colectividad religiosa.

No soy una persona religiosa ni seguidora de ninguna congregación, al nacer mi familia me bautizó en la religión católica, como es costumbre en la mayoría de hogares colombianos, me enseñaron con mucho juicio los mandamientos y normas de esta religión, tanto en mi casa como en el colegio, pues en esos tiempos aun se dictaba la cátedra de religión, por supuesto la católica, pero con el pasar del tiempo yo no veía la religión como algo atractivo ni interesante, pues es muy difícil cogerle gusto a cualquier actividad que la sociedad le quiera imponer a uno, por eso me distancié de esta religión, y aunque conocí de cerca algunas otras congregaciones, no me identifiqué con ninguna, por eso decidí no seguir ninguna religión en particular, creo en una inteligencia suprema, en un arquitecto universal, en que en algún momento un nuevo orden superior pondrá a funcionar este planeta como debe ser, que acabará con tanta maldad, corrupción, crimen, y tantas cosas que no deben ser, tal vez hasta las personas de género y sexualidad diversa seamos sacrificadas por este nuevo orden, pero eso no lo sabe nadie, solo Dios.

Para finalizar, considero que nadie tiene el derecho de juzgar, agredir o condenar a otras personas solo por su orientación sexual o condición de género diferente, las religiones deberían estar mas pendientes de fomentar la convivencia pacífica y el respeto en todas sus formas, incluso a quienes pensamos diferente o tenemos otra manera de ver la vida y expresar nuestra personalidad, solo así podremos aspirar a vivir en un mundo un poquito mejor para todos.

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